Esta legislatura ha estado condicionada por dos retos en el Ajuntament de Sóller: «Al comienzo nuestro objetivo era terminar de crear las infraestructuras para que Sóller llegara a ser lo que es a día de hoy, un municipio de referencia en calidad de vida y como en lugar de visita. Pero con la pandemia llegó un nuevo reto: ayudar a toda esa gente que desgraciadamente se quedó sin trabajo y sin recursos en espera de la normalización de los ERTE». Así describe el alcalde Carlos Simarro aquel periodo inicial de su gestión de los últimos cuatro años.
Al tiempo que se mantenía la administración pública activa, se preparaba también al pueblo «para que estuviera preparado para el renacer social y económico tras la crisis sanitaria», asegura Simarro. «Fueron tiempos de incertidumbre, pero finalmente conseguimos seguir adelante. El Ajuntament y el equipo de gobierno cumplieron, ayudamos a las familias creando un comedor social, aportamos material sanitario a todas aquellas personas que no podían acceder y ayudamos al sector turístico hotelero y de servicios. Nos llenó de orgullo el comprobar que Sóller se convirtió en uno de los municipios que mejor se recupera a nivel turístico. Actualmente somos uno de los 10 pueblos mejor valorados según el portal European Best Destination y nuestra economía y sociedad funcionan bien. Por ello creo que hemos cumplido y estamos consiguiendo el estado de bienestar y desarrollo que deseamos».
Al margen de la gestión de la pandemia, durante estos años se han realizado otras acciones de importancia como la creación del GARE (vado de regulación especial), la renovación del polideportivo mejorando su eficiencia energética y la accesibilidad tanto en él, como en otras instalaciones deportivas. Otro de los pasos importantes realizados es llegar al residuo 0: «Tenemos que conseguir cambiar el sistema de recogida para poder reutilizar todo lo que se genera. Es una tarea difícil pero ya la hemos puesto en marcha junto a la empresa pública, que también gestiona las zonas verdes, la limpieza de torrentes y la ORA» cuenta Simarro.
También se ha podido recuperar patrimonio, como por ejemplo con «la creación de un proyecto para la renovación de Les Escolàpies, haciendo una inversión de casi 3 millones de euros para poder rehabilitar el edificio y dotar de espacios para los colectivos culturales de nuestro pueblo». El alcalde también destaca la reactivación del proyecto de creación del centro de día o el nuevo concepto de diseño de calles adaptado a la Gran Vía, para facilitar la movilidad a pie de los ciudadanos, «eliminando barreras arquitectónicas y ampliando las zonas para peatones». En materia de movilidad, Simarro afirma también que «nos hubiera gustado poder crear aparcamientos en la periferia, pero desgraciadamente no conseguimos los apoyos necesarios en el pleno, aunque seguimos trabajando en este proyecto para poder mejorar la circulación de los viandantes, fundamental para la economía del municipio».
La fiscalidad ha sido otro ámbito importante para Simarro, y sobre ello sostiene que «hemos conseguido seguir bajando los impuestos. A nuestra llegada a la alcaldía el IBI se situaba en un 0,98 y a día de hoy estamos en un 0,62. El objetivo es llegar a 0,60, que consideramos correcto». El alcalde valora «que los ciudadanos consideren que nuestro municipio es un lugar seguro, limpio, con una buena oferta de restauración y hostelería. Hemos creado la infraestructura y el ambiente necesario para fomentar el optimismo en cuanto a la inversión privada, que hace que Sóller esté ahora en un punto álgido». Por último destaca que «Sóller ha sabido salir de esta situación tanto social como económicamente. La gestión del equipo de gobierno ha estado a la altura y como pueblo hemos salido reforzados».