El curso escolar 2021-22 se inició este mes de septiembre con una previsión de 173.482 alumnos en todas las etapas y ciclos educativos de las enseñanzas pública y concertada. Son 3.113 más que en el curso pasado. Los números por sí solos pueden no decir nada, pero Balears es la única comunidad donde crece la población escolar, con 26.000 alumnos más en diez años. Mientras tanto, una comunidad como Canarias ha perdido 25.000 alumnos, igualmente en una década, y Catalunya, 3.000 en un solo año.
Son datos aportados hace unas semanas por el conseller d’Educació i Formació Professional, Martí March, junto con sus directores generales, para explicar el inicio del curso 2021-22.
Cabe destacar que una buena parte del crecimiento en el número de alumnos se debe al aumento de las matriculaciones en Formación Profesional. El pasado curso se inició con sólo 118 alumnos más que en el anterior por efecto de la pandemia. A lo largo del año académico, se incorporaron unos 900 estudiantes. Todas estas cifras del pasado curso fueron muy inferiores a las habituales, con crecimientos medios de más de 2.000 estudiantes por año.
Es el tercer curso COVID, aunque, en palabras del conseller, «esperamos que sea el de transición a la normalidad». Como ya se ha aplicado en anteriores ocasiones, en este curso se aplica la máxima presencialidad en todos los niveles educativos, si bien se mantienen casi todas las medidas de prevención contra el virus, entre ellas el uso obligatorio de mascarillas para los mayores de 6 años tanto en espacios interiores como exteriores, la limpieza e higiene de los espacios o los materiales de protección.
March consideró «fundamentales» los altos niveles de vacunación completa en docentes y alumnos: más del 90 % en los primeros y el 54 % en los estudiantes de entre 12 y 16 años. El conseller admitió que «hay profesores que no quieren vacunarse y no se les puede obligar a hacerse pruebas PCR. En cualquier caso, deberán llevar mascarilla». Asimismo, los alumnos con pauta completa no deberán guardar cuarentena en caso de tener contacto estrecho con un positivo. También se instalarán purificadores de aire, con una densidad de dos por cada tres aulas.
En cuanto a las ratios, se recuperan los números ordinarios prepandemia, con 25 en Primaria, 30 en la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) y 35 en Bachillerato. El número de docentes será similar al del pasado curso, más de 16.000, teniendo en cuenta que por entonces hubo un incremento de más de 600 profesores en enseñanza pública y concertada, con un crecimiento moderado en el número de alumnos, para facilitar las ratios bajas en plena pandemia. Las ratios más altas del próximo curso equilibran la relación numérica entre alumnos y profesores. El pasado curso, se produjeron más de 3.000 sustituciones por bajas de docentes por diversos motivos, entre ellos la COVID.
Se mantiene el grupo de docentes para sustituciones inmediatas, con 25 iniciales en Infantil y Primaria. En el curso pasado, también se iniciaron con 25 y acabaron siendo 100.
Siguiendo con las ratios, Martí March insistió en que «de media, están por debajo de los límites oficiales pese a nuestros crecimientos de población escolar». Las ratios previstas para el próximo curso son: 18 en Infantil, 20 en Primaria, 25 en la ESO y 28 en Bachillerato.
El conseller destacó que «las escuelas se han mostrado como un espacio seguro frente a los miedos y las incertidumbres en el inicio del curso pasado. Se han producido cuarentenas, pero no se cerró ningún centro en Balears. En el conjunto de España, se cerraron temporalmente unos 400, un número muy bajo respecto al total. Lo importante es que en España, salvo estos casos temporales, las escuelas estuvieron siempre abiertas frente a los cierres decididos en numerosos países de nuestro entorno».
Volviendo al crecimiento de la población escolar, March indicó que «con recuperación económica y un cierto control de la pandemia gracias a la vacunación, es previsible que volvamos a tener un aumento destacable de nuevos alumnos que llegan a lo largo del curso. Desgraciadamente, ésta es una variable que no podemos controlar. Y a todos ellos hay que escolarizarlos».