El italiano Jannik Sinner, intratable en el tercer set, doblegó este sábado al ruso Daniil Medvedev en las semifinales de las Finales ATP de Turín, con un partido que cerró en tres sets, por 6-3 y (4)6-7 y 6-1, y selló su clasificación a la gran final del prestigioso torneo en la que espera rival, que saldrá del duelo entre el serbio Novak Djokovic y el español Carlos Alcaraz.
Tarde histórica para el tenis italiano, que por primera vez en la historia tendrá un representante en la final de la Copa de Maestros, y lo hará en casa, en el Pala Alpitour en el que además no ha perdido un solo partido hasta ahora. Ni contra Tsitsipas, ni contra Djokovic, ni contra Rune, ni contra Medvedev. Se dice pronto.
Por novena vez en su carrera, la quinta este año, las cuatro anteriores en finales, Sinner y Medvedev se encontraban cara a cara. Invicto el italiano; derrotado Medvedev por el español Carlos Alcaraz. Un hueco en la gran final, la que sería la primera para el tenis italiano en su historia, la que sería la tercer en la cuenta del ruso, campeón en 2020. Sinner fue mejor y se llevó la gran recompensa de manera merecida.
Se palpaba desde los primeros juegos la tensión clásica de esta ronda en Turín, con tanto en juego. Quizá con una presión añadida para Sinner al jugar en casa y que pareció sentir en los primeros juegos hasta que se vio contra las cuerdas en el tercer juego, a punto de ceder su servicio en un momento que le ayudó para crecer y erigirse el líder del partido.
Le dio la vuelta al primer set con cierta facilidad la sensación italiana, el jugador más querido en el Pala Alpitour en el que toma parte esta Copa de Maestros. Y es que pese al abultado resultado del primer tanteo (6-3), fue Medvedev el que salió mejor a la pista azul italiana y el que arrinconó a Sinner en los primeros juegos.
Tanto que en el tercer juego, con empate a uno, lo que se presentaba como un intercambio sencillo para el italiano se complicó con los derechazos del moscovita. Se puso 40-0 arriba Sinner, pero acabó gozando de un 'break' Medvedev que salvó el italiano, valiéndose del apoyo de su gente y de su saque en el peor momento para seguir adelante.
Curiosamente cambiaron en ese momento las tornas. El haber visto el precipicio activó a Sinner y quebró en el siguiente juego, confirmó la rotura con su saque y pasó de sufrir con empate a uno a colocarse 4-1. El set estaba en su mano. No lo dejó escapar y cedió la presión a su rival, que pese a su gran nivel en todos los encuentros, llegaba a las semifinales con el mal sabor de boca de una derrota ante el español Carlos Alcaraz y, como el mismo dijo, «eso no es o ideal».
La segunda manga fue igualmente igualada, aunque de nuevo era Sinner el que daba la sensación de tenerlo todo más bajo control pese a algunos errores de bulto que dieron aire a Medvedev y que solventó con autoridad siempre que su rival avisaba con una posible resurrección.
Volvió a salvar un 'break', esta vez cuando marchaba 4-3 abajo en el marcador y pareció que la historia podría repetirse. Sinner amenazó con una rotura justo en el juego posterior al haber salvado una. Se colocó 30-0, pero Medvedev subió el nivel y resistió la tensión con buenos primeros saques y apagó la esperanza de rotura, alargando la manga al 'tie-break', en el que redujo el buen momento del italiano con tres roturas para llevar el duelo al tercer set, definitivo.
Tuvo que pedir asistencia Medvedev en el tiempo entre sets por molestias, lo que retrasó el inicio del definitivo duelo. Sinner recibía el ánimo de su gente mientras el ruso sufría por comenzar a jugar, lo que acabó pasándole factura.
Sinner mantuvo el serevicio y en el segundo juego, justo cuando parecía que el ruso estaba por despertar otra vez en Turín, Sinner rubricó el 'break' definitivo ayudado por una doble falta de Medvedev, que superado por la situación tiró la raqueta y se encaró con un aficionado en la grada.
Ahí termino el partido del moscovita. Mucho más entero Sinner, mejor físicamente, mejor mentalmente, apretó para forzar otro 'break' y colocarse 5-1 con saque. No falló el italiano, no dejó la oportunidad de seguir haciendo historia pese a su corta edad y de ganarse un hueco en los libros de historia del tenis italianos. En el horizonte, Alcaraz o Djokovic para pelear por la gloria de las Finales ATP.