La mecha llegó a su fin y no hubo bombazo. La cuerda de Carlos Alcaraz terminó de tensarse y en lugar de encontrarse con una victoria final, esa con la que soñaba a su llegada a Wimbledon, se topó con un Jannik Sinner que le dio una clase de realidad en su primer asalto serio al All England Club (6-1, 6-4, 6-7 (8) y 6-3). El italiano se impuso a Alcaraz en el duelo que debe marcar en el tenis del futuro. Cuando se recuerde el primer choque entre estos dos tenistas en un Grand Slam, se hablará de una exhibición de poderío de Sinner, que ha vivido en los últimos meses a la sombra de un Alcaraz que le pasó por la derecha como miembro destacado de la armada joven y que se quedó con todos los focos; hasta este domingo.
El crecimiento sostenido de Sinner, regular y tranquilo, fue despiezado por la irrupción meteórica de Alcaraz, y este domingo el transalpino se cobró la venganza. Con un paso calmado, sin grandes aspavientos y con la certeza de que tenía el tenis listo para desplazar a su rival, extrañamente nervioso en un gran escenario. Era la primera vez de Alcaraz en la central de Wimbledon y, lejos de ser una irrupción gloriosa, fue una demostración de la presión con la que convive el murciano desde que se ha colocado entre los mejores del mundo. Llegó a Londres alejado de la lista de favoritos, pero su tenis, especialmente en la tercera ronda, le volvió a colocar en la primera línea.
Hasta que Sinner le echó de la pista durante más de tres horas y con el único paréntesis de un 'tie break' mágico y de los cinco puntos de partido que salvó antes de caer. El italiano comenzó bien, pero es que Alcaraz estuvo desastroso en los primeros juegos. Se dejó siete errores no forzados en el primer parcial, a solo uno de todos los que cometió en el partido anterior contra Otte. Fueran nervios o desubicación lo de Alcaraz, Sinner, como si se tratara de un veterano con mil batallas a sus espaldas, le comía la pista y le ganaba cada choque. La falta de puntería -36 errores no forzados- se trasladaba incluso al ojo de halcón, con varias peticiones erradas por mucho. No era el día de Alcaraz, que perdió el primer set en tan solo media hora y con la sensación de estar muy fuera.
Mejoró en el segundo, no fue tan ciclón Sinner, pero todas las oportunidades llegaban por el lado del italiano que, aunque disfrutaba de un marcador más apretado, aventajaba en el juego de largo. No funcionaba ni la dejada -5 falladas-, ni las subidas a la red -12 de 23-, ni los globos. Todos los intentos de virar el rumbo eran despejados por una manotazo del italiano, que se puntó la segunda manga por 6-4 y dejó el partido 2-0, desventaja que Alcaraz no ha levantado en ninguna de las cuatro veces que lo ha intentado.
Le gritaban desde la grada: «Con dos cojones, Carlos», uno de los tres elementos que le recomendaba su abuelo, pero no había manera. La mejoría paulatina de Alcaraz con el paso de los minutos le llevó a competir el tercer set, a llevarlo hasta un 'tie break' que fue el punto culmen del partido y uno de los mejores momentos de lo que va de torneo. Alcaraz tenía la ventaja, 6-3 a favor y tres puntos de set. Se le escaparon todos, en especial el tercero, con una derecha a la carrera impresionante de Sinner. Fue entonces el italiano el que disfrutó de la oportunidad; dos puntos de partido. Enterrado el primero con una bola larga y el segundo con un resto suicida a la red. Para hundirle más, Alcaraz hizo uno de los puntos del campeonato, un bote pronto a media pista que cayó muerto al otro lado de la red. Ese toque mágico le dejó en bandeja el set, que cerró al punto siguiente. Estalló el murciano, que encendido por el público vivió sus mejores minutos en pista, pero no le sirvió para derribar el saque de Sinner, fantástico con su servicio, con el que salvó las siete ocasiones de rotura que tuvo. Alcaraz, con una doble falta, regaló su saque y el partido se le fue.
No hubo épica ni victoria legendaria en la Catedral. Sus mejores tardes aquí tendrán que esperar. Alcaraz logró su mejor participación en Wimbledon, pero no se cuela entre los ocho mejores del torneo. Sí lo hace Sinner, que espera a Novak Djokovic o Tim Van Rijthoven en cuartos y que iguala su rivalidad con Alcaraz. Habrá más capítulos.