Rafael Nadal está más cerca de Wimbledon. Este miércoles, por espacio de más de dos horas y media se estuvo ejercitando junto a su entrenador Carlos Moyà y la joven promesa del tenis español Martín Landaluce. Lo que se vio en la pista del Mallorca Country Club de Santa Ponça no fue sólo una prueba para comprobar el estado del pie izquierdo tras el tratamiento de radiofrecuencia pulsada al que se sometió hace nueve días, sino que fue un entrenamiento en toda regla. El esfuerzo fue tal que en un momento dado Nadal se dejó caer sobre el césped un par de minutos para recuperar el aliento
Nadal alternó peloteos con Landaluce y Moyà, quienes a duras penas podían devolver los misiles del ganador de 22 Grand Slams. En un momento del entrenamiento, el propio Nadal tranquilizó a Landaluce y le dijo: «Tú pega fuerte y no te preocupes si fallas. Yo también fallo». Uno de los instantes más exigentes de la sesión se produjo cuando Moyà y Landaluce se situaron en la red mientras Nadal golpeaba una y otra vez sin descanso las bolas que les mandaban. Tal fue la intensidad que Nadal dijo: «Ya no puedo más», pero aún faltaba más de una hora para que diera por terminado el ensayo. En la pista, tanto el fisio Rafael Maymó como el representante Carlos Costa seguían atentamente las evoluciones de Nadal.
Detalles
Dadas las altas temperaturas, hubo varios descansos que el equipo de tenista empleó en comentar algunos de los aspectos del juego. Una de las ‘obsesiones' de Moyà fue que su pupilo aguantara el cuerpo y no se echara hacia atrás cuando golpeaba la pelota. Por lo que se vio ayer, el tratamiento administrado por el doctor Ángel Ruiz-Cotorro está dando los resultados esperados. La hoja de ruta del tenista incluía cuatro o cinco días de actividad física de mantenimiento sin realizar grandes esfuerzos, para luego ir poco a poco retomando los entrenamientos. Uno de los mayores problemas es que en hierba los tobillos son, junto a las rodillas, las articulaciones que más sufren porque la bola bota mucho menos que en tierra o en las superficies del Us Open o del AustralianOpen, parecidas, pero no exactas. Si finalmente Nadal disputa Wimbledon, sería su reaparición en este torneo, conquistado en 2008 y 2010, al que no acude desde 2019.
Nadal también quiso probar su volea antes de realizar varias decenas de saques con los que pudo fin a sus ejercicios. Cuando sacaba en el lado del ‘deuce' se apreció cómo arrastraba la punta del pie izquierdo por la hierba, hecho que se lo comentó a Costa. Cuando cambió de lado de saque, el ‘problema' ya había desaparecido. Tras saludar a su sparring y realizarse la foto de rigor con él, Nadal dio por concluido el entrenamiento y lo primero que hizo fue cambiarse de zapatillas. Eras las 12:25 horas cuando Nadal abandonaba la pista y atendía a una decena de aficionados que habían seguido la evolución del vencedor en París hace menos de dos semanas. Con un tímido «gracias» respondió cuando un aficionado le felicitaba por su próxima paternidad. Cuarenta minutos más tarde estaba en el Consolat de Mar recibiendo un homenaje del Govern. Este jueves está previsto que Nadal haga declaraciones sobre sus planes de futuro.