Carlos Alcaraz, tras atropellar a Basilashvili 6-4, 6-2 y 6-4, sigue dejando muestras de su potencial para convertirse en uno de los dominadores del futuro de la ATP. Ya está en la tercera ronda de Roland Garros haciendo gala de su gran nivel de tenis y además viene batiendo récords de precocidad como lo hicieron algunas de las grandes estrellas de la actualidad o del pasado más reciente. Llegados a este punto nada peor que querer colocarle la odiosa etiqueta del 'nuevo Nadal'. Es muy bueno y aún será mucho mejor, pero valoremos todo lo que está consiguiendo ahora, no lo que puede lograr.
Las ganas de ver caras nuevas que tiene la sociedad actual y ese motor del deporte que es la ilusión pueden llevarnos a equivocaciones queriendo pensar que un chico que apenas ha ganado un puñado de partidos en el circuito está en disposición de conquistar varios torneos de Grand Slam. Habría que preguntarse y repasar dónde fueron a parar todos aquellos miniFederers o los 'nuevos Nadal' que han ido surgiendo con el paso de los años. Este fenómeno de las comparaciones no es exclusivo del tenis, ya que se da en multitud de deportes y en la mayoría de casos las expectativas acaban devorando a las promesas. Hagan un ejercicio de memoria y piensen en los deportistas que más recuerda en esta categoría.
Alcaraz, además de tener un buen entorno y mostrarse como un joven con la cabeza bien amueblada, demuestra tener potencial para hacerse un nombre en la élite, entre los elegidos, pero debemos ser conscientes de que la era actual nos ha regalado tres fueras de serie como Nadal, Djokovic y Federer que más cerca de los 40 que de los 30 siguen dominando y mostrando una regularidad a la que no se acercan los llamados a asumir el relevo. La discusión sobre el nivel del Big 3 ya no es si son los mejores de la historia del deporte de la raqueta sino que están en condiciones de sentarse en un lugar de privilegio con Michael Phelps, Ali, Jordan, Nadia Comaneci, así que disfruten del fenómeno Alcaraz a sus 18 años como lo hicieron con Nadal cuando tenía su edad, no queriendo que consiga lo mismo.