Rafael Nadal se desquitó del sinsabor del año pasado en las Finales ATP y logró esta vez la clasificación para semifinales, cinco temporadas después, al derrotar al griego Stefanos Tsitsipas por 6-4, 4-6 y 6-2.
Tras cuatro ediciones marcadas por las lesiones y la mala suerte -el año pasado no superó la primera fase pese a ganar dos partidos-, el tenista de Manacor vuelve a la penúltima ronda de las Finales ATP, tras sobrevivir al cara o cruz que significaba el encuentro ante Tsitsipas.
En su camino hacia el que sería su primer entorchado como maestro se cruzará ahora el ruso Daniil Medvedev invicto, incluido triunfo contra Novak Djokovic, y con la credencial del Masters 1.000 de París-Bercy logrado hace diez días.
Pero para acceder a la llave moscovita de esas semifinales, Nadal tuvo que deshacerse de un Tsitsipas siempre peligroso en estas pistas como muestra el título que logró aquí el año pasado y que ya no podrá defender.
El ateniense, consciente de que tenía que ser agresivo para tener alguna opción, desplegó un gran juego de ataque en cuanto Nadal se ajustó la banda del pelo al otro lado de la lista.
Le intentó crujir con ángulos imposibles y desbordarle a velocidad, pero el balear aguantó el envite de los primeros seis juegos, en los que incluso el español no aprovechó dos bolas de rotura, y comenzó a inclinar la balanza.
Cuando Tsitsipas bajó levemente el nivel, sin él saberlo, se le marchaba el partido. Ocurrió con 4-4 en el solitario marcador del O2 Arena. Marchaba 30-15 arriba con su servicio, pero erró dos veces con el revés, cometió una doble falta y se le escapó el set.
En un abrir y cerrar de ojos el heleno se acababa de despedir de buena parte del encuentro y para ello solo habían bastado tres puntos. Esa es la magia de estas pistas rápidas.
Para más desgracia del heleno, sobresalía un dato mortal para él. Nadal ha ganado los últimos 70 partidos en los que se ha llevado el primer set. Una estadística demoledora que empezó en Acapulco 2019, cuando cayó ante Nick Kyrgios.
Pudo ser mayor el noqueo del español, pero no pudo convertir la bola de rotura de la que dispuso al comenzar el segundo set. Dio oxígeno a un Tsitsipas que miraba a su grada buscando un apoyo en su padre, Apostolos, quien también ejerce de entrenador.
Pero no había solución ahí para la velocidad endiablada de la derecha de Nadal, que disparaba golpe ganador tras golpe ganador cuando Tsitsipas dejaba algún resquicio.
Necesitó de una griega en el español para recuperar el terreno perdido. Tras solo perder un punto al servicio en todo el set, Nadal entregó cuatro en el décimo juego, incluida una doble falta, que mandó el segundo set a Grecia.
Se encaminó el partido a un tercer set dramático, que comenzó con tres intercambios de 'breaks' y en el que Nadal empezó a estar menos cómodo con el servicio.
Fue capaz de aguantar las embestidas y quebró una vez más para finiquitar definitivamente esta fase de grupos.
El triunfo esta vez para Nadal tuvo final feliz y estará en semifinales de las Finales ATP. Luchará por su primera final en estas pistas desde 2013 contra Medvedev, al que domina en el cara a cara por 3-0, habiendo sido todos los partidos en pista dura, incluyendo la final del US Open en 2019 y un encuentro aquí en la fase de grupos del año pasado