«Mi sesión ha acabado», dijo Rafael Nadal para anunciar que se retiraba de las Finales ATP que se disputan en el O2 de Londres, tras caer ante el belga David Goffin, por 7-6 (5), 6-7 (4) y 6-4 en su primer partido del Grupo Pete Sampras, dolorido en la rodilla derecha, y pensando ya en su gran objetivo, el Abierto de Australia del 2018.
La sobrecarga por estrés en esa zona que le molestó en la final de Shanghai ante el suizo Roger Federer, que le hizo darse de baja en Basilea, y que le obligó a retirarse en los cuartos de final de París-Bercy, decidió a Nadal a tomar esta decisión.
«He tomado la decisión con el torneo, con la ciudad, conmigo mismo. Lo intenté pero no puedo continuar. Realmente no tiene sentido», señaló el español, que será sustituido en el cuadro por su compatriota Pablo Carreño.
«La rodilla no está bien, se hizo lo que se puedo, llegué con tiempo aquí, paré en París para tratamiento. Sabía que la única opción de llegar aquí era parar allí y hacer el tratamiento un poco a la desesperada. Se hizo lo que se pudo pero no ha sido suficiente», dijo con contundencia Nadal.
«Este tipo de cosas no se arreglan de un día para otro, pero siempre queda la posibilidad. El problema es cuando el dolor es más de lo que uno puede aguantar y no tiene sentido seguir», continuó.
«Tenía compromiso conmigo mismo, con el torneo, los seguidores, luché durante todo el partido, pero ante los mejores jugadores del mundo no se puede jugar así», prosiguió.
«Que me reemplace un buen amigo como Pablo es una buena noticia. Pero ha estado esperando no jugar, y jugar ahora...., vamos a ver como está preparado. Desearle lo mejor, que disfrute esos dos partidos y haga un buen papel», dijo.
Nadal comentó que ahora toca descansar y hacer un tratamiento adecuado. «Es el momento de poner el 'modo off' y desconectar unas cuantas semanas, y cuando la rodilla lo permita hacer las cosas progresivamente pero sin prisas», dijo.
«Intentaré llegar bien preparado a mi gran objetivo que es el Abierto de Australia».
Nadal recordó que su temporada había sido soñada, y que sus mejores momentos se produjeron en Montecarlo, Roland Garros y US Open.
«Los mejores partidos, las semifinales de Australia contra Dimitrov, las del US Open, contra Del Potro, y en tierra jugué muchos partidos buenos», aseguró el número uno del mundo, que admitió que ya durante el encuentro de hoy y antes de que acabase había tomado la decisión de retirarse, al constatar sus problemas.
«Durante el partido lo tenía decidido, quería terminar de la mejor manera posible, pero uno siente como está la rodilla. Era un milagro, pero yo no estoy aquí para tener la suerte y ganar un partido, estaba para ganar», dijo.
«Tiene poco sentido y más pasando por todos los malos momentos del partido, que uno no se puede mover, que la rodilla no aguanta, cosas básicas para competir al máximo nivel. No estoy preparado. He dado una imagen no buena, pero digna. Acepto el momento que no es bueno con tranquilidad y satisfacción de haber hecho una gran temporada, pero con la tristeza de no haber podido concluirla como quería», señaló.
«Uno no siempre puede estar frustrado. Soy una persona positiva en general. No intento grandes celebraciones ni dramas. La temporada ha sido soñada, hubiera pagado por terminar una temporada como esta así y me quedo con eso», dijo.
"No me gusta terminar así, claro. Creo que interiormente merecía un final mejor, pero el deporte no debe nada a nadie. Ahora me voy a casa a descansar y a estar con los míos y sin ningún drama, feliz y agradecido a la vida. Creo que voy a estar preparado para empezar fuerte la temporada. El año que viene será un año exigente", señaló el número uno del mundo, que rechazó que nadie le obligara a jugar a Londres.
«Nadie me ha puesto una pistola para venir a jugar. Hago lo que siento interiormente y no porque alguien me obligue a hacerlo. Hace una semana estuvo sobre la mesa poner punto final a la temporada, parte del equipo lo quería. A veces las cosas salen bien y otras no. Hay que aceptarlas con buena actitud», puntualizó.
Nadal rechazó que el exceso de partidos disputados, 77 en total en 17 torneos, tuviera la culpa de este epílogo. "Al final cada uno hace su calendario y todos pueden ser válidos o no. El calendario te lo marca tu tenis y tus resultados. No me arrepiento de ninguna decisión que he tomado durante todo el año. Y no es por orgullo personal", dijo.
«De este año no hubiera cambiado nada. Tomé los descansos adecuados. He jugado cuatro torneos fuera de los obligatorios, no más y he estado muy competitivo», señaló.
«Yo tengo 31 años y no 36», comentó al referirse al suizo Roger Federer. «Mi carrera es la mía y la suya es la suya. No creo que me haya equivocado, soy número uno del mundo y he ganado dos Grand Slams y soy feliz. Mi cuerpo, mi mente, mi tenis decidirá mi calendario», zanjó Nadal.