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La leyenda de Rafael Nadal continúa

El tenista español Rafael Nadal celebra su victoria en la semifinal del Abierto de Australia disputada contra el búlgaro Grigor Dimitrov. | Efe

| Melbourne, Australia |

La leyenda de Rafael Nadal continúa. Y la de Roger Federer. Y la que ambos han escrito en las páginas más brillantes en el planeta tenis durante el siglo XXI. Como antes, como siempre. Nadal, que aseguró este viernes su presencia en la final a costa de Grigor Dimitrov, y Federer, que lo hizo el día anterior frente a Wawrinka, revivirán este domingo (9:30/Eurosport/Discovery Max) su histórica rivalidad en la final del Abierto de Australia, que da forma al duelo 35 entre dos gigantes cuyo pasado reciente amenazaba con distanciar de las grandes batallas.

Una final de ensueño para un torneo que perdió en su primera semana a Novak Djokovic y Andy Murray y que ahora acapara las miradas del mundo con el reencuentro entre dos mitos del tenis, dos estilos y dos trayectorias que siguen ganando brillo.

Rafael Nadal, tras un 2015 plagado de altibajos y un 2016 condicionado por sus problemas en la muñeca, ha entrado por la puerta grande en el nuevo curso. El mallorquín regresa a la final de un grande casi dos años y ocho meses después y ya acumula 21 desde que peleó por su primer título en Roland Garros en 2005. Aspira a lograr su 15º entorchado en los torneos del Grand Slam y rebasar a Sampras.

Registros

El zurdo de Manacor, campeón en Melbourne Park en 2009 y finalista en las ediciones de 2012 y 2014, está en condiciones de ampliar sus registros en la historia del deporte de la raqueta convirtiéndose en el primer jugador que consigue ganar dos veces los cuatro grandes en tres superficies distintas.

Retos legendarios que Nadal tratará de conseguir ante otra leyenda, Roger Federer, que en su primer torneo tras seis meses alejado de las pistas ha sido capaz de alcanzar el encuentro decisivo. El suizo, el jugador con más semanas en la cima del ránking mundial (302) y con más trofeos de Grand Slam en sus vitrinas (17), jugó su última final en un grande en el US Open de 2015 y sueña con volver a levantar uno de estos trofeos tras su última conquista en Wimbledon en 2012. Ahora se reencontrará un enemigo íntimo con otro gran título en juego y una gran carga emocional como el mejor envoltorio para la final soñada.

Recuperación

Federer, que por primera vez en su carrera tuvo que superar una lesión grave en su rodilla viéndose apartado de la competición tras caer de forma prematura en el All England Club, ha reinado en cuatro ocasiones en Australia y aspira a hacerlo por quinta vez tras su último éxito en 2010.

Nadal y Federer revivirán uno de los grandes duelos de la historia del tenis, épicos la mayoría de ellos. El mallorquín domina en el «clásico de los clásicos» de este deporte por 23 victorias a 11. Aunque el primero y Novak Djokovic son los jugadores que más veces se han visto las caras en la Era Open, Nadal y el suizo son los dos tenistas que se han enfrentado en más ocasiones con un grande en juego.

Será la repetición de la final de 2009, con victoria de Nadal entonces por 7-5, 3-6, 7-6, 3-6 y 6-2 después de cuatro horas y 23 minutos, histórica porque el tenis español logró por fin ganar el Grand Slam que faltaba, y en la que el suizo acabó llorando en la entrega de premios.

Precedente

La última vez que se vieron las caras fue en la final del torneo de Basilea y Federer salió airoso. La penúltima fue precisamente en Australia y Nadal acabó levantando el puño, igual que en el último episodio que escribieron en la final de un torneo del Grand Slam. Han pasado casi seis años de la victoria del mallorquín en Roland Garros en 2011. este domingo seguirán moldeando una rivalidad de leyenda cuyo reencuentro se plagaba de dudas.

La última vez que se vieron las caras en competición fue en casa del suizo, pero su última cita fue en casa de Nadal, ya que Federer acudió a la inauguración de la academia de su enemigo íntimo en Manacor. Por entonces bromearon con el hecho de que apenas estaban en condiciones para jugar partidos benéficos. Unos meses después se jugarán el Abierto de Australia y darán continuidad a su leyenda.

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