Una victoria ante el chipriota Marcos Baghdatis, finalista en 2006, citó al español Rafael Nadal contra el alemán de origen ruso Alexander Zverev en la tercera ronda del Abierto de Australia.
Arropado desde la grada por su padre Rafael, su novia Xisca Perelló, sus dos entrenadores, Carlos Moyá y Toni Nadal, y su representante Carlos Costa, Nadal se impuso al excampeón júnior de este torneo en 2003, por 6-3, 6-1 y 6-3 en dos horas y 13 minutos para avanzar sin ceder un set en dos rondas, y sumar más confianza ante un nuevo duelo que se anuncia espectacular.
Con 21 grados y cerrando la cuarta jornada en la Rod Laver Arena, Nadal se impuso por novena vez en diez encuentros (solo ha perdido contra Baghdatis en Cincinnati 2010) a un complicado rival, cuyos golpes planos suelen hacer daño, y al que se le dan bien los zurdos como el español, ya que ha ganado a ocho de ellos en los últimos nueve enfrentamientos.
Pero esta vez el chipriota se topó con su «bestia negra» particular y además se quejó amargamente de la velocidad de la pista por la noche, debido a la humedad, tal y como hizo hace días Fernando Verdasco contra Djokovic, porque no conseguía colocar sus tiros. «Nada que ver con las de afuera, es increíble, increíble», se lamentaba desmoralizado.
También Nadal notó ese cambio respecto al día que venció al alemán Florian Mayer con calor y a media jornada. Conectó varias 'cañas' y por momentos la bola, o no salía de su marco o se marchaba larga sin control, pero también encontró derechas ofensivas y con ángulo, como su equipo técnico persigue, aunque no estuvo al nivel de acierto del duelo contra el germano.
Necesitó el español 48 minutos para hacerse con el primer parcial, porque cuando sacaba 5-2 para ganarlo, Baghdatis le robó el saque, pero luego, a la siguiente oportunidad se hizo con esta manga.
Baghdatis se quejó entonces al juez de silla brasileño Carlos Bernardes, de que Toni Nadal hacía comentarios desde la esquina, algo que no desestabilizó al de Manacor, que cuajó entonces sus mejores momentos, con más movilidad y agresividad hasta irse en el marcador por 4-0 y hacerse con el set poco después.
El público apoyó en su mayoría a Rafa con continuos cánticos hasta tal punto que Baghdatis solicitó a Bernardes que los controlara. Lo que no pudo manejar el chipriota fue el juego del mallorquín que acabó rompiéndole en el 4-2 del tercer set, para sentenciar poco después, aunque necesitó tres bolas de partido.
El mallorquín acabó con 32 golpes ganadores, y cedió por primera vez un saque en los dos encuentros disputados. Su cuenta de errores no forzados fue de 33.
Nadal se enfrentará en tercera ronda contra el alemán de origen ruso Alexander Zverev, de 19 años, 24 del mundo, que a pesar de su juventud ya levanta admiración en el circuito, incluido el propio Rafa, que tuvo que levantar ante él un punto de partido el pasado año en Indian Wells.
En marzo del pasado año, en la cuarta ronda de ese Masters 1.000 en el desierto californiano, Zverev sacó con 5-4 en el set decisivo (40-30), pero falló una volea de derecha y el español ganó luego los últimos 15 puntos para imponerse en el único enfrentamiento entre ambos, por 6-7 (8), 6-0 y 7-5.
«Si Nadal gana hoy», dijo Zverev antes de saber el resultado del español, «pasado mañana será una noche o un día espectacular. No lo sabemos aún. Estoy esperando ese partido», comentó el germano que antes se había impuesto a la esperanza estadounidense Francis Tiafoe, por 6-2, 6-3 y 6-4 en una hora y 57 minutos.
De momento, el de Manacor se ha quitado también de en medio al serbio Novak Djokovic, con quien si prosigue en el cuadro debería haberse medido en semifinales, y que cayó ante el uzbeco Denis Istomin, por 7-6 (10), 5-7, 2-6, 7-6 (5) y 6-4.
En otro de los últimos encuentros de la jornada, el austríaco Dominic Thiem, octavo favorito, se impuso al australiano Jordan Thompson, por 6-2, 6-1, 6-7 (6)y 6-4, para enfrentarse con el francés Benoit Paire, verdugo del italiano Fabio Fognini, por 7-6 (3), 4-6, 6-3, 3-6 y 6-3.