Tras su victoria ante Carlos Berlocq y de clasificarse para su primera final en Buenos Aires, el español Rafael Nadal confirmó su alegría de disputar un partido decisivo de un torneo aunque aclaró que su objetivo este año no es volver a ser el número uno del mundo.
«La única manera de recortarle puntos a Roger (Federer) y Nole (Djokoivc) es ganando. Mi meta para este año en ningún caso es ser número uno. Vamos a ver si mañana (por este domingo) puedo dar un paso importante en este regreso a las pistas», afirmó el mallorquín.
«Espero una final muy complicada porque Pico (Mónaco) está jugando muy sólido. Cuando él está en un nivel muy alto es peligroso y en arcilla aún más», analizó sobre el encuentro que disputará mañana ante «su amigo» argentino.
En tiempo de analizar su triunfo ante Carlos Berlocq en semifinal, Nadal sostuvo: «Cuando uno remonta un 6-1 también hay que tener suerte, cinco puntos seguidos son imposibles sin tener suerte. Carlos es un jugador con gran garra y corazón en la pista».
Al ser consultado por la forma de manejar las tensiones en los momentos decisivos del juego, Nadal dijo risueño: «No, eso no se trabaja, fue una casualidad (se ríe), todo el mundo se pone nervioso y lo importante es tener la capacidad de desarrollar el juego que cree que tiene que desarrollar. El hecho de hacer bien las cosas viene con la confianza, con la tranquilidad de saber que lo que uno hace es lo correcto».
Nadal tendrá este domingo la posibilidad de igualar el récord de 46 títulos sobre arcilla que posee precisamente Guillermo Vilas, el referente del tenis argentino.
Justamente esta posibilidad será en Buenos Aires, uno de los pocos torneos sobre arcilla que todavía no ha conseguido y que tras de su única presentación en 2005 buscará cosechar diez años después.