Rafael Nadal afronta la edición 103 del Abierto de Australia luchando contra lo desconocido, con la munición bajo mínimos, y llega al primer grande de la temporada, que defiende su verdugo en la final del año pasado, el suizo Stan Wawrinka, con las dudas que supone no haber logrado ni una sola victoria en el año en curso.
Con solo ocho partidos disputados desde julio de 2014, es lógica, ahora más que nunca, su frase antes del torneo. «No me considero uno de los favoritos aquí», porque su debut este lunes ante el ruso Mijail Youznhy, y el cuadro que le sigue en caso de victoria, contra el sudafricano Kevin Anderson y el checo Tomas Berdych después, no invita a la euforia.
Con el torneo que se disputa en Melbourne Park se abre la temporada de los 'majors'. El año pasado los cuatro fueron ganados en el cuadro masculino por cuatro diferentes jugadores, todos europeos y dos de ellos inscribiendo su nombre por primera vez, caso de Wawrinka en este, y del croata Marin Cilic en el Abierto de Estados Unidos, rompiendo lo que se denominaba el dominio de los «cuatro grandes": Djokovic, Nadal, Federer y Murray.
A pesar de la falta de partidos oficiales en sus piernas esta vez, suplidos con el título en dobles de Doha, y la exhibición de Abu Dabi y la de Melbourne Park, Nadal es capaz de todo, porque ha salido de situaciones peores en otras ocasiones. Así, el campeón de 2009, paradojas del destino, podría convertirse en el primer jugador en la Era Open y el tercero en la historia, en ganar cada uno de los cuatro grandes dos veces, como lo hicieron en su momento los australianos Roy Emerson y Rod Laver.
De hacerlo, el ganador de 14 'majors' se acercaría más a Federer, con 17 de estos títulos.
El gran favorito sigue siendo el serbio Novak Djokovic, ganador en 2008, y luego, los tres últimos años, que de hacerse con el quinto título se convertiría en el segundo hombre en la historia en ganar cinco o más Abiertos de Australia.
Djokovic confirmó este domingo que los problemas de estómago y gripe que sufrió durante la exhibición de Abu Dabi, pertenecen ya al pasado. «Fueron unos días duros», admitió el serbio que se siente preparado para luchar por el título.
Federer es quien más tiene que ganar este año, porque el de Basilea, que también opta el quinteto en Melbourne, además de pujar por su 18 Grand Slam, que le igualaría con Chris Evert, Martina Navratilova y Serena Williams, saldría de estas instalaciones como número uno del mundo el próximo dos de febrero, siempre y cuando gane el título y Djokovic no alcance los octavos de final.
De hacerlo, con 33 años y 177 días, Federer se convertiría en el jugador de mayor edad en ganar en Australia desde Ken Rosewall, que obtuvo el título con 37 años y 62 días en 1972.
El reciente ganador en Brisbane, donde ganó el título 83 de su carrera, compite en su 61 Grand Slam consecutivo, récord, y el 63 en su carrera, al igual que el australiano Lleyton Hewitt (el récord lo tiene el francés Fabrice Santoro, con 70). Triunfador en 57 torneos en pista dura, todo parece preparado para que el genial suizo destile una vez más su gran juego.
El torneo tendrá destacadas ausencias como la del alemán Tommy Haas (lesión en el hombro), el checo Radek Stepanek (espalda), el francés Jo-Wilfried Tsonga (brazo) y el croata Marin Cilic (hombro), pero sin duda la más sonada, por ser también la última en comunicarse, ha sido la del argentino Juan Martín del Potro.
El belga David Goffin y el uruguayo Pablo Cuevas son cabezas de serie por primera vez en un Grand Slam y el español Roberto Bautista Agut, el argentino Leonardo Mayer, el checo Lukas Rosol y el colombiano Santiago Giraldo, lo son por primera vez en el Abierto de Australia.
Habrá siete campeones del Grand Slam en esta edición, entre ellos cuatro ganadores aquí, Djokovic, Federer, Nadal y Wawrinka. Stan, que viene de ganar en Madrás (India) por tercera vez, lo defenderá e intentará hacerlo con éxito, algo no muy fácil de lograr en este torneo.
En la historia del mismo, muchos han desesperado hasta llevárselo, por ejemplo, el ruso Marat Safin que perdió dos antes de ganar el título en 2005, o Murray, que lleva ya tres finales perdidas, contra Federer en 2010, y Djokovic en 2011 y 2013.
Mientras, David Ferrer ha ganado en Doha sacando a relucir su garra y la fuerza de sus piernas, al lado de su nuevo entrenador Francisco Fogués, después de tres cambios en la temporada pasada, buscando siempre la excelencia, y próximo a cumplir 33 años. Y el circuito tiene nuevos nombres de ganadores, como el serbio Victor Troicki, en Sídney, y el checo Jiry Vesely en Auckland.
En el cuadro femenino, todas pugnan por el título de la china Na Li, retirada el pasado año. Y se aprestan a la victoria ganando los torneos previos al certamen, con la rusa Maria Sharapova, en Brisbane, con la serbia Ana Ivanovic como adversaria en la final.
Maria, campeona en 2008 y finalista en 2007 y 2012, tiene una opción de recuperar el puesto de número uno del mundo, pero necesita como mínimo alcanzar la final
También ha triunfado la incombustible rumana Simona Halep en Shenzen (China) y ha levantado el trofeo en Auckland (Nueva Zelanda) una veterana como la estadounidense Venus Williams derrotando a la danesa Caroline Wozniacki.
En Sídney ha presentado su candidatura la checa Petra Kvitova y en Hobart, la británica Heather Watson, pero la que se mantiene como gran favorita es la estadounidense Serena Williams, a pesar de su inquietante comienzo de año durante la Copa Hopman en Perth, con la canadiense Eugene Bouchard y la polaca Agnieszka Radwanska como sus verdugos.
El potencial que refleja en la pista, a pesar de sus 33 años, es irrefutable. Ha ganado cinco veces el Abierto de Australia y pocos dudan de que la ganadora de 18 'majors', ahora ya más aclimatada al horario australiano, no pedirá un café para despertarse, como hizo durante la Copa Hopman. Se debería cruzar en cuartos con Wozniacki, pero la danesa se retiró en Sídney con una lesión de muñeca.
Serena insiste que su única preocupación ahora es salvar a su primera rival, la belga Alison Van Uytvanck, que hará su debut en un Grand Slam. Competirá sin su habitual compañero de entrenamientos, Sascha Bajin, quien ha acompañado a Serena en los últimos cuatro años.