El tenista español Rafael Nadal mostró su felicidad tras consumar su presencia en semifinales del torneo de maestros, como primero de su grupo, después de doblegar al checo Tomas Berdych (6-4, 1-6 y 6-3) en un partido que se decidió «por pequeños detalles».
«Fácil no hay nada, ha sido un partido muy complicado y se ha decidido por pequeños destalles en ese tercer set. He empezado con buenas piernas, pegando un buen 'drive' y el revés también me funcionaba. Ahí tenía el primero objetivo, ya era primero de grupo», indicó el balear.
«Siempre es muy positivo empezar así, pero el objetivo final era ganar el partido», dijo el número uno del mundo, que se medirá a Roger Federer o Juan Martín del Potro en las semifinales del certamen londinense. «A partir del primer set Berdych mejoró su porcentaje de primeros», indicó en declaraciones a Teledeporte.
El insular, que destacó el servicio de su oponente, pudo levantarse tras la segunda manga. «No sé cual es su porcentaje de primeros, altísimo imagino, pero me dio pocas opciones al resto. El segundo 'break' que me hizo le facilitó demasiado y tuvo que restar más adelante para poder calmarme. Le pegué más fuerte y más centrado», resumió.
Por otro lado, Nadal evidenció las diferencias que existen entre su superficie fetiche, la tierra batida, y la pista dura donde se desarrolla el torneo de maestros. «La diferencia es obvia, en tierra tienes más tiempo para pensar y más opciones de juego. Atacas, defiendes y aquí conviertes el tenis en un 'toma y daca' que no te da muchas posibilidades. El que siente mejor la pelota es el que tiene las de ganar», aseguró.
«Además no estoy acostumbrado a estas pistas y el sonido es diferente. Hasta la bola la siento menos, también porque son una bolas extrañas que han salido un tanto defectuosas. Las sensaciones no son fáciles y se pierde el 'feeling'», reconoció Nadal, quien considera «vital» estar «sólido» con el servicio porque las oportunidades de 'break' son «poquísimas».