El tenista español Rafa Nadal afronta con ganas de seguir mejorando su tenis y su condición física el Mutua Madrid Open, cuarto Masters 1.000 de la temporada, y donde espera desquitarse del mal sabor de boca que le quedó el año pasado con su inesperada eliminación en los octavos de final ante su compatriota Fernando Verdasco y toda la polémica generada con la pista azul.
«La pista es fantástica», aseveró Nadal este domingo, poniendo punto y final a la polvareda que se levantó en la edición 2012 del torneo madrileño y su innovadora pista de color azul, que generó las protestas de los jugadores, encabezadas principalmente por el balear y por Novak Djokovic, que también se fue antes de tiempo, amenazantes de no volver si no cambiaban las cosas.
El exnúmero uno del mundo ha tenido un retorno muy satisfactorio, sobre todo a nivel de resultados, con seis finales de seis posibles y cuatro títulos, tres en tierra (Acapulco, Sao Paulo y Barcelona) y uno en dura (Indian Wells), aunque en su primer gran duelo con Novak Djokovic, en Montecarlo, salió perdedor.
Juego «mejorable»
«El juego en Montecarlo y Barcelona es mejorable», advirtió, insatisfecho y sin ponerse presión porque solo quiere darse la oportunidad de poder competir sin querer pensar en la cercanía ya de Roland Garros, última cita de la temporada de tierra y donde intentará buscar su octava corona.
Sin quitarse de encima las molestias en la rodilla, lo que merma su condición, y sin prisas por estar el cien por cien lo antes posible, Nadal llega a una cita que le ha dado alegrías en forma de dos entorchados, uno cuando todavía era 'indoor' (2005) y otro en arcilla (2010), pero también algunos sinsabores como dos finales perdidas, y otras eliminaciones antes de tiempo en un torneo siempre más imprevisible por la altitud.
El cinco del mundo tendrá un inicio relativamente sencillo ante el portugués Joao Souza o el francés Benoit Paire, al que ya se midió en Barcelona, y a partir de ahí su camino hacia una teórica semifinal, donde podría esperar el suizo Roger Federer, rivales españoles como Nicolás Almagro o David Ferrer, este último en los cuartos de final, o el alemán Tommy Haas, que viene de ganar en Múnich.
Precisamente, el alicantino y el murciano son las otras dos bazas de la 'Armada' para intentar brillar en la capital. El de Jávea lleva una temporada sólida con cinco finales, tres de ellas en arcilla roja, la última en Oeiras (Portugal) este domingo, perdiendo ante Stanislas Wawrinka, pero Madrid no se le da excesivamente bien y sólo ha llegado una vez a las semifinales. Los dos Tommys, Haas y Robredo, se presentan como sus más serios escollos para citarse con Nadal. Almagro, por su parte, espera poder codearse con los mejores, avalado por su brillante final en el Conde de Godó donde cayó ante el tenista manacorí.
El retorno de Federer
De todos modos, el rival a batir parece ser Novak Djokovic. El serbio, ganador en 2011, también se fue por la puerta de atrás en la última edición, en los cuartos de final, y como hiciese Nadal, ha elogiado los cambios realizados por la organización.
Además, 'Nole' viene de arrebatar el trono de Montecarlo al balear y parece dispuesto a dominar este año la tierra batida aprovechando que su mayor enemigo todavía no se encuentra al cien por cien, aunque no se fía de altitud de la capital, sigue arrastrando alguna molestia en su tobillo derecho desde que se lo dañase en la Copa Davis.
También podría tener un exigente debut ante el búlgaro Grigor Dimitrov, capaz de forzar al máximo en el Principado al de Manacor. Stanislas Wawrinka, ganador en Portugal, el 'bombardero' Milos Raonic y el francés Jo-Wilfried Tsonga aspiran a evitar que llegue a las semifinales.
Madrid también significa el retorno a la actividad del suizo Roger Federer, ausente del circuito desde que fuese eliminado por Nadal en los cuartos de final de Indian Wells, con el objetivo de recuperase de sus problemas de espalda.
El de Basilea, que se estrenará ante el siempre complicado Radek Stepanek y que tiene peligrosos rivales por su lado (Melzer o Gasquet), defiende la victoria del año pasado, la última de las tres que posee en la capital, dos en tierra batida. El helvético asegura que ha descansado y cree, optimista, que será «difícil» ganarle.
Finalmente, en la terna de aspirantes hay que situar a Andy Murray, que reconoce que la arcilla roja le supone «un reto». El escocés fue arrollado en su estreno en la temporada en tierra en Montecarlo por Wawrinka y aunque ganó la cita en 2008, en 'indoor', desde el cambio de superficie no ha pasado de los cuartos de final.