La conquista del noveno título del Masters 1.000 de Montecarlo pasa para el mallorquín Rafael Nadal por un triunfo ante el número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic, con el que ya ha luchado en el mismo escenario e igual situación en dos ocasiones (14 horas, Teledeporte).
Nadal y Djokovic solventaron con cierta autoridad sus respectivos encuentros de semifinales contra el francés Jo Wilfried Tsonga (6-3 y 7-6(3)) y el italiano Fabio Fognini (6-2 y 6-1). Montecarlo es un nuevo reto para Nadal desde su regreso. Aspira a su cuarto título en 2013 tras los que ganó en Indian Wells, Acapulco y Sao Paulo, y la final perdida en Viña del Mar (Chile).
Djokovic calibrará el estado de forma del mallorquín, que se aproxima a sus auténticos objetivos del curso, como Roland Garros.
«Es maravilloso estar en una quinta final seguida después de tanto tiempo de ausencia. Djokovic siempre te lleva al límite», apuntó Nadal, que reveló que le hubiera «gustado un rival más fácil». Nadal ganó las dos finales que jugó ante el tenista de Belgrado en Montecarlo. Las del pasado año y la de 2009.
Será la primera vez que coinciden en 2013 ambos tenistas, que en las últimas nueve ocasiones que se han enfrentado en el circuito ha sido con un título en juego. La más reciente, el torneo de Roland Garros de 2012. «Tendré que hacer mi mejor juego. Pero estoy preparado y sé lo que tengo que hacer», reconoció Djokovic, que solventó su compromiso ante Fognini en menos de una hora.
Rafael Nadal y Novak Djokovic se han enfrentado hasta ahora en 33 ocasiones. El jugador de Manacor ha ganado en diecinueve. Incluidas las tres últimas (Roland Garros, Roma y Montecarlo).
El balear solo ha perdido con el serbio en dos ocasiones sobre tierra batida de los catorce enfrentamientos que han dirimido. En hierba también la ventaja es para el balear por 2-1. Sin embargo, en pista dura, es el número uno del mundo el que impone su ley. Once victorias del serbio y solo cinco del español.
Dominio y reacción
La confrontación entre Nadal y Tsonga, duodécima entre ambos (8 para el español), bien pudo haber concluido mucho antes ya que el español dispuso, en el segundo set y con 5-2, tres bolas de partido sobre el saque de su adversario (0-40). Pero el francés encontró en ese momento su mejor tenis y no sólo solventó ese juego sino que además logró la igualada (5-5).
Hasta es instante, el encuentro había sido dominado en todo instante por Nadal, que se acopló mejor al viento y se aprovechó de los errores de Tsonga. Especialmente significativo fue el cuarto juego, donde el francés desaprovechó un favorable 15-40 sobre saque de Nadal.
Lo pagaría muy caro Tsonga, pues Nadal le rompió su saque en el siguiente juego para ponerse por delante (3-2) y, luego, cerrar el primer set en su favor también sobre el saque del francés (6-3), en apenas treinta y siete minutos.
La segunda manga siguió el mismo guión, con un Nadal muy superior, que controlaba y dominaba a un Tsonga que ayudaba con errores y al que no funcionaba su primer saque.
El ‘manacorí' se puso con un claro 3-0, tras romper el saque rival en e segundo juego, y después se fue a un más contundente 5-1. Nadal servía en el séptimo para cerrar el partido por la vía rápida, pero apareció el mejor Tsonga.
Esfuerzo
El francés, con todo perdido, quiso morir matando. Le salió bien. Rompió por vez primera el saque de Nadal y superó sobre el propio un 0-40 que le daban al español tres bolas de partido. Le entraban ya sus demoledores golpes y su potente primer saque, sin duda beneficiado por un viento ya más suave.
Nadal lo acusó en exceso y vio como Tsonga igualaba la segunda manga (5-5) tras romper de nuevo el saque del ‘manacorí' en el noveno juego. Para su fortuna, Rafael Nadal rompió la racha del francés en el undécimo y se llegó, luego, a un definitivo decimotercero donde de nuevo apareció la «magia» del español. En el desempate dominó de inicio y con 6 a 3, no desaprovechó la cuarta bola de que dispuso para cerrar la contienda.
Nadal accedía a su novena final consecutiva en la cita de Montecarlo, elevaba a 46 el número de encuentros seguidos ganado sobre la arcilla del Principado y de ganar hoy haría aún más historia. Sería el primer jugador en lograr nueve veces un mismo torneo.