El mejor espectáculo del planeta tenis inundó ayer el Madison Square Garden. Los aficionados de la Gran Manzana se rindieron al juego y al show que les brindaron Juan Martín del Potro y Rafael Nadal, que ha hecho escala en Nueva York antes de encarar el reto que le plantea el Masters 1000 de Indian Wells.
De la costa Este a la costa Oeste estadounidense tras un ensayo sobre pista dura que se saldó con una victoria para Juan Martín del Potro por 7-6 y 6-4. No obstante, cabe precisar que el encuentro entremezcló la intensidad con guiños para el espectador. El manacorí no solo se ganó a la grada con golpes imposibles, con su buena sintonía con el de Tandil o rematando puntos de cabeza, ya que también contribuyó al show formando pareja con el actor norteamericano Ben Stiller.
La exhibición supuso un anticipo de la transición de la tierra latinoamericana al cemento del desierto californiano. Tras disputar la final de Viña del Mar (Chile) y ganar las citas de Sao Paulo (Brasil) y Acapulco (México), el mallorquín irrumpe en la gira estadounidense cargado de ilusión y pendiente de evaluar su rehabilitada rodilla sobre el cemento, una superficie que no pisa en un partido oficial desde hace 11 meses y cuatro días, cuando superó en las semifinales del Masters 1000 de Miami a Tsonga.
En Nueva York Nadal ha retomado el contacto con la superficie ‘maldita', la que más perjudica a sus maltrechas articulaciones, e Indian Wells supondrá un duro test para calibrar una recuperación que ha constatado una evolución positiva. California le aguarda y el mallorquín llega a punto para examinarse.