Rafael Nadal afirmó ayer en el especial 'Golèmica' de IB3 Televisión que sería «un honor» ser el abanderado de España en los Juegos Olímpicos de Londres. «Me encantaría lucir la bandera en el desfile, pero no sé si podré. Según la norma, el abanderado es el que más medallas de oro acumula, que es David Cal, aunque ya lo fue... No sé, pero para mí sería un honor. Ojalá no sean mis últimos Juegos Olímpicos, pero nunca se sabe. Recuerdo de forma especial el oro de Pekín», señaló Nadal.
El tenista mallorquín mostró su cara más amable y recordó algunas anécdotas de su dilatada trayectoria, durante un programa marcado por las sorpresas. Pau Gasol, Sergio Llull, Rudy Fernández, Alberto Contador, Iker Casillas y Jorge Lorenzo se sumaron a la fiesta vía telefónica, mientras que los futbolistas Víctor Casadesús, Chico, Antoñito, del Atlètic Balears, y Jaume Mut, entrenador del Manacor, acompañaron al 'manacorí' en directo.
Desde el Teatre de Manacor, con más de 150 personas en las butacas, Nadal desveló algunos de sus secretos mejor guardados. «Recuerdo que el director del torneo de Umag me puso un avión privado. Me dijo que era el mejor, pero cuando llegué, me encontré solo con un piloto y en una avioneta... En lugar de tardar tres cuartos de hora, estuvimos cinco... Pero ha sido uno de mis mejores viajes».
Nadal también se refirió al calambre en plena rueda de prensa: «Todo el mundo se quedó tan gelado, que ningún fisio vino a ayudarme. Estaban todos en el comedor...».
También se refirió a la primera Copa Davis, conquistada en Sevilla, como el «principio de mi carrera» y, cómo no, de Djokovic: «No pienso todo el día en Novak. Sólo en superarme, en mejorar. 'Nole' entró en el circuito queriendo ser siempre el protagonista y se equivocó. Ahora es protagonista por sus triunfos».
Nadal, que se calificó como «miedoso y aprensivo», habló del futuro: «No soy tan bueno como para no firmar todo lo que hice el año pasado».