El actual campeón del US Open, Rafael Nadal, sólo pudo disputar 16 minutos en el Abierto de Estados Unidos de tenis el miércoles antes de que su partido de octavos de final ante Gilles Muller fuera interrumpido de nuevo por la lluvia en un brumoso Flushing Meadows.
El español, segundo cabeza de serie, perdía 3-0 ante el luxemburgués mientras que el estadounidense Andy Roddick había iniciado de forma brillante su partido ante el alicantino David Ferrer, 21 cabeza de serie, ganaba 3-1 y sacaba cuando el encuentro fue suspendido. También estaba sobre la pista Andy Murray, que iba perdiendo 2-1 ante el estadounidense Donald Young.
Murray, Nadal y Roddick acudieron luego a la oficina del árbitro a expresar su preocupación por haber tenido que salir a la pista en mojado.
Con previsión de lluvias intermitentes para todo el día, los organizadores trataban de completar tantos encuentros como fuera posible ante un programa ya abarrotado porque la jornada del martes no se pudo celebrar por las condiciones climatológicas.
«Si nos estamos planteando si se puede jugar en las pistas, entonces es que no se puede jugar», dijo Roddick. «Queríamos asegurarnos de que no nos vuelven a poner en esa posición, y creo que lo tenemos todos claro», agregó. Nadal, por su parte, Nadal le dijo al árbitro durante el partido que «estoy resbalando todo el tiempo. No sé lo que estás haciendo», comentó Rafa al juez de silla, Emmanuel Joseph. «Es la misma historia de siempre, sólo pensáis en el dinero», dijo después a Brian Earley, supervisor del torneo, cuando se confirmó la suspensión de su duelo ante Müller. «No nos sentimos protegidos. Esto es un Grand Slam, somos parte del show y nuestra salud es importante», comentó el tenista de Manacor. Ahora peligra seriamente que el torneo pueda finalizar el domingo, y como ha venido ocurriendo durante estos últimos dos años, la final puede tener que retrasarse al próximo lunes ya que la organización se queda sin tiempo material para recupear tantos encuentros y más si persisten las lluvias.