Cuestionado durante todo el torneo por la irregularidad que acumuló en las primeras rondas, Nadal echa la mirada atrás para reivindicar sus excelentes registros en Roland Garros. Repasa su historial en un ejercicio de reflexión, aunque también apunta que los precedentes no ejercerán influencia en la final. El manacorí tiene claro que deberá desplegar su mejor tenis para «tener la oportunidad de ganar» a Federer en la final, donde asegura que «no es una sorpresa» reencontrarse con el suizo, aunque sí precisa que será un partido «un poco diferente» al que hubiera vivido con Djokovic al otro lado de la red.
Ante las múltiples preguntas por el nivel exhibido en la presente edición de Roland Garros, el defensor del título analiza que «el éxito que he tenido en este torneo es complicado. Hace años veía imposible ganar aquí y se hizo realidad, pero todos tendemos a terminar comentando si he jugado mejor o peor y no vamos al fondo de la cuestión que es que he estado en seis finales y los resultados han sido inmejorables. La dificultad de estar siempre ahí y no haber fallado tiene mucho mérito. Tantas victorias en los últimos años a todos nos termina por nublar un poco la vista y no valorar lo que ha pasado estos años. La exigencia desmesurada hace que todos nos equivoquemos a la hora de valorar lo que ha pasado en este torneo un año más».
El duelo ante Federer en lugar de un nuevo pulso con Djokovic propicia, según Nadal, que el partido de hoy sea «un poco diferente», aunque también razona que «tendré que jugar a mi máximo nivel para tener una oportunidad para ganar». Nadal cree que el triunfo sobre el serbio «le ha dado más confianza» al exnúmero uno mundial. «Sabe que ha jugado muy bien durante todo el torneo y se superó en las semifinales. Debe sentirse con mucha confianza y sé que va a tratar de jugar largo, consistente, regular y con agresividad siempre que tenga la oportunidad».
El número uno del mundo afirma que «no es una sorpresa» reencontrarse con Federer en la final y recordó que «en 2010 ganó Australia y el Masters y aunque haya estado un tiempo sin jugar finales de Grand Slam siempre estuvo jugando bien». Además, también resaltó que no es la primera vez que el suizo alcanza el partido decisivo ofreciendo un rendimiento como el que ha desplegado este año: «Si solo ha perdido un set y está en la final es porque está jugando muy bien. Roger ya había llegado a la final sin perder sets y no creo que sea una sorpresa verle ahí. Verle jugar tan bien no es una sorpresa para mí».
El mallorquín considera que sus anteriores victorias en Roland Garros no le colocan con una ventaja psicológica. «No lo pienso y no lo puedo pensar. Tiene un juego que te puede desbordar y no creo que yo tenga una ligera ventaja, porque lo que hago bien tendré que hacerlo muy bien para que esté incómodo y no pueda golpear la pelota con comodidad».
Las previsiones meteorológicas apuntan a la posibilidad de que llueva en la jornada de hoy, algo que supone una humedad en el ambiente que podría ser favorable para el suizo. «Siempre prefiero el sol porque la pelota bota más alta. Si hay nubes puede ser mejor para él, pero no tengo el poder de controlar el tiempo, así que llueva o haga sol tengo que pensar que es positivo para mi», asegura el manacorí, que aboga por gestionar con «tranquilidad» las opciones de jugar en unas condiciones menos propicias.