Rafael Nadal ha apurado su estancia en Doha para recuperarse de su proceso gripal antes de llegar a Australia, donde a partir de mañana intensificará su preparación para asaltar el primer grande del curso. Tras alcanzar las semifinales y conquistar el torneo de dobles de la cita qatarí, el mallorquín ha optado por permanecer más tiempo del previsto en el emirato con la intención de encarar con todas las garantías la primera gran cita de 2011, que arrancará el próximo lunes en Melbourne Park.
El número uno del mundo puede suceder a Rod Laver como el único tenista capaz de encadenar cuatro torneos del Grand Slam y quiere afrontar el desafío en plenitud de facultades. El australiano consiguió los cuatro grandes el mismo año (1969) y el mallorquín tiene la oportunidad de conseguirlos entre 2010 y 2011, ya que el año pasado conquistó Roland Garros, Wimbledon y el US Open y podría hilar su cuarto major en las Antípodas. Desde la cautela y con ambición, el propio Rafael Nadal aprecia que «puede ser la única oportunidad que tenga en mi vida» de alcanzar un nuevo hito en su brillante trayectoria.
El manacorí conocerá el viernes el camino que le aguarda en el Open de Australia y desde mediados de semana contará con el apoyo de Toni Nadal, que asumirá el mando de los entrenamientos después de que su pupilo iniciara su preparación en la exhibición de Abu Dabi y realizara su primera competición oficial en el torneo de Qatar.
Nadal tenía previsto previsto desplazarse a Australia a continuación del torneo de Doha, pero el proceso gripal que ha sufrido durante la pasada semana le obligó a retrasar su viaje. «He estado más tiempo en Qatar porque quería estar sano antes de viajar, ya que algunas veces los desplazamientos en avión te hacen sentir peor, además, no tengo nada que hacer ahora mismo en Australia», aseguró el número uno del mundo. Nadal analiza que «lo más razonable» en su situación era «descansar un par de días y tener menos riesgo de lesiones».
Los problemas físicos del mallorquín no van más allá del agotamiento que le supuso competir con algo de fiebre en unas condiciones climatológicas tan exigentes como las que rodean el torneo de Doha. «Me encuentro bien, el problema es que no estaba preparado para aguantar el ritmo al que hay que jugar ante Nikolay (Davydenko)», explicó Nadal, que no quiso restar valor al triunfo del ruso y afirmó que «perdí ante un jugador que lo hizo mejor que yo».