Aveldaño, hay vida después del fútbol

Fue capitán del partido del Centenario del Mallorca hace nueve años y ahora, retirado, es un empresario de éxito

Aveldaño, hay vida después del fútbol

Lucas Aveldaño frente a uno de sus restaurantes en Palma, la Milanesería | Foto: P. Pellicer

| Palma |

La plaza Raimundo Clar de Palma respira calma poco antes del mediodía. El ajetreo de los juzgados de sa Gerreria da paso a la paz y todavía a estas alturas de año se puede pasear con cierta calma por la zona. Niños que salen de escuela mirando sus móviles y abogados que hablan por teléfono como si no hubiera un mañana.

Se aproxima esa hora malvada donde el estómago pide ser mimado y los restaurantes del centro se preparan para acoger a sus clientes. Unos habituales, otros de paso. La oferta es elevada y entre ella destaca un local que pese a llevar poco tiempo abierto goza ya de muy buenas críticas y el hecho de que esté prácticamente lleno un día entre semana es una buena señal.

Su nombre, la Milanesería, y es uno de los dos locales propiedad del exfutbolista profesional del Real Mallorca, Lucas Aveldaño (Rafaela, Argentina, 1985). El segundo es el Maleva Mallorca, especializado en carnes a la brasa, también en la misma plaza. Tras una larga carrera en equipos de la Liga Argentina como Racing, Belgrano y Nuevo Chicago, estuvo en el Mallorca el año del Centenario y después recaló en el Tenerife, Universidad de Chile, Tudelano y Andratx, donde colgó las botas. Ahora es monitor de Hyrox, una nueva modalidad deportiva que le ha dejado el cuerpo de metal. En este encuentro con Ultima Hora habla del su etapa como jugador y de su presente en el mundo de la restauración.

—¿Se esperaba que la vida tras el fútbol sería tal y como está siendo?
—Tuve oportunidad de seguir en activo algún año más, pero había dado el paso de iniciarme en la restauración y me lo pensé bien. Dije, ya está, lo dejo. Me quedo acá con mi familia y mis restaurantes. Tenía claro que quería vivir aquí y me apasionaba la hostelería. Se dio todo y aquí estoy. Invertimos en el 2018 y seguimos. Llegué a jugar en Segunda Regional aquí, después me llamó José Contreras para echarle una mano en Andratx y es lo último que hice. He de reconocer que contra la Real Sociedad en Copa lo disfruté mucho, pero soy encargado de la gestión de los restaurantes y eso me llena todo mi tiempo. Yo físicamente estaba muy bien y me jodió, pero había que parar.

—Hablemos del Real Mallorca. ¿Qué le viene a la mente cuando nos trasladamos a la temporada del Centenario?
—Fue una oportunidad de oro venir. Hice todo lo posible para que se diera. En la realidad me encontré con un club que no estaba muy bien gestionado. Era un equipo para mantenerse y así fue la temporada. Jugué un montón y me encontré siendo el capitán del Centenario, que para mí eso es importantísimo y queda en las páginas del libro de historia, votamos en el vestuario y quedé primer capitán y eso fue increíble. La parte competitiva no tanto porque las cosas no salieron como queríamos. Al final nos pudimos salvar. Pude seguir, el grupo de Sarver me lo ofreció, pero estaba a préstamo y no se dio poder continuar.

Lucas Aveldaño, en plena sesión de entrenamiento.

¿Le suena el nombre de Bruno Varela?
—No. Para nada.

El portero del Valladolid en la última jornada de ese año.
—¡Ahh! ¡Carai!, no, no me acordaba. Fue un partido de mucha tensión nadie quiere un descenso, aunque al final se bajó al año siguiente. Ahora me saco el sombrero hacia los gestores actuales porque hicieron muchos cambios y lo sacaron adelante y las cosas se hacen bien. El Mallorca, una vez en Primera, tiene que estar ahí diez años estable y a partir de ese tiempo ya se le puede tal vez exigir algo más. Todos siempre piden más, pero después de subir hay que mantenerse.

Ahora el Mallorca está cerca de Europa. ¿Qué le pasa por la cabeza al futbolista en este escenario?
—Tienen que disfrutar el momento y sacar la presión de estar arriba porque están en un lugar donde nadie se imaginaba.

Le pregunto por la pareja Raíllo-Valjent ¿Qué opina?
—Espectacular. Me encantan. Lo de Antonio Raíllo, en especial el gran crecimiento
que tuvo, fue enorme y es una pareja de centrales de lo mejor de España.

El futbolista presentado como jugador del Real Mallorca la temporada 2025/2016.

Usted fue futbolista de elite casi toda su vida. ¿Vive el jugador profesional en una burbuja que no tiene nada que ver con la realidad?
—Sin duda, una burbuja que puede hacer mucho daño, realmente hace mucho daño. Y cuando se termina muchos sufren el retiro. En Argentina el reconocimiento es todavía mucho más que en España. Vas a los mejores hoteles, te invitan a restaurantes, vas a la carnicería y te hacen pasar el costado para que no hagas cola…y encima te regalan la carne. Tienes todos los privilegios que uno puede tener y de un día para otro eres uno más.

¿Disfrutó o sufrió en el fútbol profesional?
—Yo perdía un partido y no salía de casa en tres días, lo sufrí mucho. De hecho le digo claro que yo no disfruté del fútbol, esa es la realidad. Mi personalidad me hizo tomármelo todo muy enserio y eso también me hizo jugar tantos años. Siempre fui titular porque me dedicaba en cuerpo y alma. Mi vida era eso y fuera de la cancha quería ser normal.

¿Es más de Messi o de Maradona?
—Más de Messi que de Maradona porque a Diego no lo viví mucho. En el 86 tenía un año y en el 90 tenía 5. Messi y Maradona son incomparables. No sé si Diego hubiera podido jugar en esta época y Messi en la otra. Son distintas épocas.

¿Coincidió con Maradona en alguna ocasión?
—Mi primer representante fue también suyo y Maradona organizó un asado y yo fui y compartimos un día. No le pedí una foto ni un autógrafo y cuando termina la cena, Diego viene y me dice que yo fui un señor porque, según me dijo, ‘hiciste lo mejor que me pueden hacer, no me pediste ni una foto, ni un autógrafo, nada, quisiste disfrutar de mi compañía y para mí sois una gran persona’, me dijo. Me arrepiento de no pedirle una foto, pero bueno me quedo también con lo que me dijo.

¿El mejor jugador al que se ha enfrentado?
—Román Riquelme.

¿El mejor plato de la carta de Milanesería?
—Milanesa mallorquina.

¿Qué debe tener un futbolista para llegar a la élite?
—Cabeza, inteligencia y el mejor entorno posible.

¿Qué debe tener un restaurante para marca la diferencia?
—La atención al público y calidad en la cocina.

¿Su mejor virtud como futbolista?
—El profesionalismo.

¿Y cómo gerente de restaurantes?
—Lo mismo. Busco lo mejor siempre.

¿El socio de un club de fútbol siempre tiene razón?
—Siempre no, hay de todo.

¿Y el cliente siempre tiene razón?
—Diríamos que sí.

¿Cómo llevaba las críticas cuando era futbolista?
—Me dolían, sobre todo las que iban a hacer daño.

¿Cómo lleva las reseñas de sus restaurantes en internet?
—Parecido, pero si hay alguna no muy favorable tratamos de que nos dé otra oportunidad.

Su mejor gol.
—Uno de tacón en el Atlético Rafaela y otro muy bueno en la Universidad de Chile, de cabeza.

¿Su mejor plato?
—Un asado y para mucha gente.

Recomiende un entrenador.
—Cholo Simeone, lo tuve en Racing de Avellaneda.

Recomiende un buen vino.
—Cordero con piel de lobo – Malbec, argentino.

Quién venga a la Milanesería no se puede ir sin probar….
—La Chocotorta. Les encanta a ustedes, es un postre argentino, tiene dulce de leche y pensaba que solo sería para los argentinos nada más, pero le quitamos un poco de cantidad y le subimos marscarpone y…bueno el mallorquín es fanático de este postre.

¿Vienen muchos futbolistas a sus restaurantes?
—No muchos. El otro día estuvo Scaloni (seleccionador argentino)

Lo digo porque ya sabe que no pagan.
—(Risas) De momento no han venido muchos.

1 comentario

user Butanet | Hace 2 meses

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