A los diez minutos, Samú Costa despejó el balón pero clavó los tacos en el gemelo de Galarreta. Recibió una amarilla con tono naranja -de hecho el árbitro fue al VAR para revisar una posible expulsión- que crispó a Jagoba y el ambiente... Diez minutos después, en otro lance con el exmallorquinista, vio el camino de los vestuarios para desesperación de la hinchada. Era el minuto 22 y el técnico de Berriatua sacrificó a Larin para meter el cemento de Mascarell y prender la mecha a más de 70 minutos de solidaridad colectiva. El punto sabe a oro y premia el esfuerzo de un grupo que cruza la undécima jornada con puntuación europea...
El primer minuto pudo cambiar el destino de la noche si Muriqi no perdona un mano a mano en el punto de penalti, tras un pase de la muerte perfecto de Pablo Maffeo. Después llegaron las dos acciones de Samú Costa y el Mallorca se recogió.
El equipo de Jagoba supo contener y sujetar todo el peligro de un Athletic Club que se atascó y que solo creó peligro cuando Nico Williams encaraba a Maffeo. Este Mallorca no se arrugó. Supo encerrarse e incluso intentar hacer daño a la contra. Y después del estado de nervios en el que entró todo Son Moix por la facilidad del colegiado para sacar tarjetas, supo serenarse para resguardar un resultado que sabe a gloria. El viernes, en Vitoria, ante un Alavés cuesta abajo...