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El póquer más buscado

El Real Mallorca de Arrasate puede igualar en el campo del Espanyol su mejor marca de triunfos seguidos como visitante en un mismo curso, un registro que no repite desde 2008

Iván Ramis celebra el primer gol del Mallorca en el campo del Valencia en el partido en el que arrancó la anterior gran racha de victorias consecutivas fuera de casa del equipo balear, en 2008. | Efe

| Palma |

Dieciséis años después, el Real Mallorca juega para igualar uno de los registros que más relucen entre los álbumes de los grandes recuerdos. Capitaneado por Jagoba Arrasate, el equipo balear ha reunido las cartas necesarias para optar a otro póquer de victorias consecutivas a domicilio. Un objetivo que ya ha alcanzado más de una vez pero que no repite desde la primavera de 2008, cuando terminó a las puertas de Europa tras un arreón final impresionante bajo la dirección técnica de Gregorio Manzano.

El Mallorca se ha granjeado el respeto de la Liga y la condición de equipo revelación de este amanecer de campeonato a base de puntos y conquistas como forastero. Lo que empezó en Pamplona como el mal trago de casi siempre ha sido, hasta el momento, la única mancha de un viaje espectacular. Desde la derrota contra Osasuna (24 de agosto), el cuadro bermellón se lo ha llevado todo en cada uno de sus desplazamientos y ha cosido una hilera de tres victorias -Leganés, Betis y Valladolid- que le han aupado a las plantas más altas de la clasificación y le ofrecen ahora la posibilidad de igualar, en el campo del Espanyol (sábado, 14.00 horas) su mejor racha como visitante dentro de una misma temporada.

Hay que tirar de retrovisor y enfocar mucho la vista para encontrarse con otro Mallorca tan fuerte y constante lejos de su hogar. Más de tres lustros, exactamente. Con una plantilla cargada de talento, de la que salieron el Bota de Plata de esa campaña (Güiza) o dos de los internacionales españoles que ganaron semanas después la Eurocopa de Austria y Suiza (el propio Güiza y Fernando Navarro), los rojinegros ganaron los seis últimos encuentros y cuatro de ellos fueron a domicilio pese a cruzarse con rivales de envergadura. El acelerón de las últimas jornadas sirvió para juntar 59 puntos, solo uno menos de los que consiguió el Racing para encadenarse a la sexta posición que daba acceso a Europa.

La última racha que el Mallorca aspira a replicar este fin de semana empezó en Mestalla, un campo hasta ese momento maldito. No solo no había ganado nunca, sino que encadenaba cinco derrotas entre sus paredes. Una maldición que fulminó con una goleada que inició Iván Ramis y completó Güiza de camino al Pichichi (0-3).

Ya en pleno vuelo, el equipo de Gregorio Manzano pasó como un huracán por la Nueva Condomina. Un hat-trick de Güiza y otro gol de Juan Arango destrozaron a un Murcia entrenado por Javier Clemente que apuraba la que es hasta el momento su última temporada en Primera División (1-4).

Dani Güiza, tras uno de los tres goles que le endosó al Murcia en la Nueva Condomina.

A partir de ahí y con el Mallorca desatado, todavía estaban por llegar las victorias más prestigiosas de la serie. La primera se escenificaba sobre el tapete del viejo San Mamés y a costa del Athletic de Joaquín Caparrós. Un doblete de Dani Güiza anulaba el gol de Fernando Llorente (1-2) y prologaba el paseo por las nubes de los insulares, que todavía iba a ser mucho más prolongado.

Los futbolistas del Mallorca celebran uno de sus goles en San Mamés.

La guinda de aquel sabroso pastel que cocinaron ese año Manzano y sus futbolistas se colocó en uno de los grandes templos de la Liga: el Camp Nou. El Mallorca incendió el centro de operaciones del Barça al reventar en los últimos minutos un partido que los de Rijkaard tenían totalmente controlado gracias a los goles de Thierry Henry y Samuel Etoo. Borja Valero, Pierre Webó y, como no, Güiza le dieron la vuelta al calcetín (2-3). Esa sigue siendo la última vez que los baleares le han ganado al equipo azulgrana en su feudo. Desde ese día solo ha rascado un empate, hace justo 14 años.

Imagen del palco del Camp Nou tras la remontada del Mallorca de Gregorio Manzano en mayo de 2008.

Ahí quedaba el último gran botín capturado por el Mallorca fuera de Son Moix, un camino que había recorrido cuatro años antes el equipo que dirigía Luis Aragonés en su segunda etapa en la Isla (temporada 2003-04). Entre abril y mayo de aquel curso derrotó a Betis (0-2), Valladolid (1-3), Real Madrid (2-3) y Celta (1-2). Una racha que extendió meses después con la primera salida que dirigía Benito Floro. Ganó en Getafe (1-2) y la amplió a cinco victorias seguidas, aunque fue saltando de un curso a otro. Un ejercicio antes (2002-03), el propio Manzano también había engarzado cuatro desplazamientos con premio ante Athletic (0-2), Betis (0-1), Valladolid (1-3) y Racing (1-2).

El Mallorca de Jagoba Arrasate, que si gana en Cornellà contaría con el mérito añadido de haber sumado tres de las cuatro victorias del tirón, sin otros partidos en casa de por medio, ya tiene al Espanyol entre ceja y ceja. Próximo objetivo: Cornellà.

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