El Real Mallorca de Jagoba Arrasate le hace un nudo a la pretemporada sin grandes manchas encima pero con muchas dudas a cuestas. El equipo balear, que no ha doblado la rodilla en los seis amistosos que ha tenido en el último mes para ir cogiendo carrerilla —solo se le escapó el Trofeu Ciutat de Palma en los penaltis— ha pasado de puntillas por el mercado y sigue presentando carencias en algunas posiciones concretas. Además, ha perdido peso en defensa con la inesperada salida de Gio —una operación que continúa sin ser confirmada a nivel oficial— y la incertidumbre que genera el futuro de Pablo Maffeo, cuya actitud en el partido del sábado no ha pasado desapercibida para el público.
El Mallorca abrocha una fase de preparación en la que ha intentado adaptarse al nuevo modelo de trabajo que propone Jagoba Arrasate. Si el del Bolonia fue el último ensayo general de cara a la primera jornada, el equipo recibirá en Son Moix el Real Madrid (domingo 18 de agosto, 21.30 horas) con un 4-3-3 en el que los extremos están todavía sin afilar. El único futbolista que ha llegado para reforzar ese puesto es el japonés Takuma Asano, seguramente la mejor noticia del último amistoso, aunque a su vez insuficiente. A partir de ahí, el técnico deberá improvisar como hizo durante el primer tiempo con Larin escorado a la izquierda.
En defensa el Mallorca tampoco ofrece demasiadas certezas. Todo un riesgo teniendo en cuenta cuál será su primer rival. Está por ver quiénes serán los dos centrales titulares, qué rendimiento ofrece Copete en una defensa de cuatro o cómo responden los dos laterales tras los cambios de este verano. Sin olvidar la portería, que ha perdido a su guardián titular en las dos últimas temporadas. Empieza la Liga, los interrogantes continúan.