Es imposible hablar de las finales que ha jugado el Mallorca sin acordarse de Jovan Stankovic (Pirot, 1971). Considerado como uno de los mejores jugadores que han pasado por el club en 108 años de historia, el serbio fue uno de los grandes protagonistas en Mestalla. Marcó el gol que abría el marcador para poner contra las cuerdas al Barça de Louis Van Gaal y falló después un penalti que le hubiera dado al conjunto balear su primer título. Una acción que, pese al cariño que le profesa la hinchada, le va a perseguir siempre.
¿Cómo ve la final de La Cartuja?
Es una final bonita porque el Mallorca hacía veinte años que no llegaba un partido así. Mi generación acostumbró a la generación que cada dos o tres años jugara cosas importantes. Cuando llegué en 1995 tuvimos el ascenso, luego la final del 98, la Supercopa, la Recopa, otra final… Cada poco tiempo había algo. Y ahora, tanto tiempo después, la gente tiene ganas. Y si se puede ganar, mucho mejor.
Va a ir a Sevilla más gente de la que fue a Valencia o Elche.
Recuerdo que en mi época tampoco era fácil desplazarse. Mira lo que hubo en Birmingham. En Valencia era más fácil. Los mallorquinistas siempre responden cuando hay que apoyar al equipo y esta vez, con todos los problemas que hay de precios por la fechas, también lo está haciendo. Va a ser un gran éxito.
¿Cómo ve el partido en sí? ¿Cree que el Athletic es tan favorito como se dice?
Sobre el papel, sí. En los últimos meses está jugando a un gran nivel y está más en forma que cualquier otro equipo, pero esto es una final, es solo un partido y puede ganar cualquiera. Cuando nosotros jugamos contra el Barça ellos eran favoritos, pero hicimos un partidazo y no creo que mereciéramos perder. En Birmingham, la Lazio era favorita y perdimos en los últimos minutos por mala suerte. Para el Mallorca no es malo que el Athletic sea favorito, eso le quita presión. Contra la Real los favoritos también eran ellos. Jugar sin presión es mucho mejor.
¿Qué opina del Mallorca de Javier Aguirre? ¿Le gusta?
La gente al principio dudaba del míster pero yo siempre lo he defendido. Es uno de los mejores entrenadores, ya no solo de España. Tiene mucha experiencia y, personalmente, me recuerda a Luis Aragonés. Si el Mallorca no ha hecho algo más ha sido por las circunstancias. Si este año se mantiene todo como está, el año que viene se podrán hacer cosas más grandes.
Jugó la final de Mestalla. Más allá del famoso penalti, ¿qué recuerdo tiene?
Era nuestro gran año. Recuerdo que las charlas del míster tenían un mensaje de tranquilidad. Llegamos a ser superiores hasta las expulsiones. Aun así, dimos la cara e incluso con dos hombres menos y Amato tuvo una gran ocasión de cabeza. Recuerdo a mucha gente llorando y sufriendo cuando fallé el penalti. Y eso se queda para todo la vida. Aquel partido, en igualdad, lo habríamos ganado. Y supongo que si hoy le preguntas al árbitro de aquel partido te reconocerá que se equivocó. No recuerdo otra final con dos expulsados del mismo equipo igual que las que sufrimos en ese partido. Y luego está lo de penalti, claro. Fíjate que yo he jugado más de doscientos partidos con el Mallorca y que a lo mejor asistí en 70 o 80 goles, pero la gente me recuerda por el penalti de la final de Mestalla. Siempre con cariño, ojo, porque me siento muy querido y nadie me lo dice con mala intención. Una de las mejores jugadas de mi vida, por ejemplo, fue el pase a Carlitos en el gol del ascenso en Vallecas, que fue muy importante para todos, pero al final queda eso. El penalti.
¿Qué pensó al salir al césped y ver aquella grada de Mestalla así como estaba?
No teníamos redes sociales, pero vimos el ambiente, que era bestial. Y los que no vinieron se quedaron aquí siguiendo el partido en pantallas gigantes. Cada uno de los que fueron a Valencia tiene una anécdota que contar. Algunos incluso llegaron tarde al partido y se perdieron el gol.
Muchos jugadores del Mallorca están ante su primera final. ¿Qué les diría?
Sobre todo, que estén tranquilos. Es muy difícil llegar a donde han llegado y para nosotros ya son ganadores. Tienen que tener calma e intentar dar lo máximo. Si sale un buen partido y tienen suerte, bienvenido. Porque si traen el trofeo lo celebraremos por todo lo alto. Y si no, para nosotros son campeones.