Varios aficionados del Athletic Club desplazados expresamente hasta la Isla han tenido que regresar a Bilbao con las manos vacías. El Real Mallorca ha impedido la venta de entradas a un grupo de seguidores bilbaínos que han viajado a Palma con la intención de adquirir una localidad para presenciar la final de la Copa del Rey que se disputará el próximo día 6 de abril en La Cartuja. Los aficionados, algunos de ellos llegados al aeropuerto de Son Sant Joan a primera hora de la mañana, se presentaron en las taquillas del estadio de Son Moix, que abría a las 10 horas para que los no abonados pudieran adquirir su entrada, con la intención de comprar su localidad.
Los hinchas del Athletic Club, sin embargo, se encontraron con la negativa de la entidad balear al no acreditar su residencia en Balears, un requisito imprescindible para comprar la localidad. Uno de los casos más curiosos fue el de una señora, que se había acercado hasta el estadio directamente desde el aeropuerto, que se presentó en las taquillas con el convencimiento absoluto de que podía comprar la entrada. «Lo siento, señora, pero no podemos venderle la localidad si no es residente en Balears. Que disfrute del día en la Isla...», le indicó amablemente uno de los empleados de la SAD balear. También está el caso de otra persona de Bilbao que afirmaba residir en la Isla desde hacía más de cuarenta años, pero que no fue capaz de demostrarlo con ningún documento.
Son historias de la Copa. De una final que ha generado una expectación inusitada tanto en Bilbao como en la Isla. De hecho, los aficionados mallorquinistas han comprado todas las entradas para convertir el desplazamiento a Sevilla en la mayor movilización de la historia con más de 20.000 seguidores en la gradas para animar al Mallorca en busca de su segundo título.