Un trámite más antes de llegar al seis de abril. El Mallorca ganó por la mínima (1-0) al Granada y la zona de descenso se encuentra ya a ocho puntos. La permanencia matemática necesita aún la certificación oficial, pero el equipo de Javier Aguirre continuará la temporada que viene en Primera División. Seguro. El mejicano ha encontrado el mejor sistema y juega ahora con cinco defensas, tres hombres en el centro del campo y dos delanteros, que ayer fueron Muriqi y Larin. El primer tiempo fue soporífero, transcurrió entre bostezos, sin goles ni claras oportunidades. El Mallorca entró mejor en el partido, pero el Granada reaccionó, aunque el equipo de Aguirre dispuso de las más peligrosas aproximaciones.
El técnico mexicano exhibió valentía, rectificó el sistema tras el descanso y el Mallorca pasó a jugar con cuatro defensas. Morlanes sustituyó a Copete y el partido varió por completo. Es una variante lógica, aunque Aguirre renuncia a los tres centrales en contadas oportunidades. El equipo combinaba ahora con mayor velocidad, tenía más movilidad y el ritmo era muy superior. De esta manera, las claras ocasiones de gol no tardaron en llegar. Aguirre quiso dar mayor mordiente al equipo y Radonjic sustituyó a Antonio Sánchez.
El Mallorca dominaba por completo, si bien el Granada dejó claro que no renunciaba al triunfo provocando el pánico en alguna jugada aislada. El Mallorca era mejor, Batalla era ya un héroe, pero el portero de los andaluces no pudo detener el certero cabezazo de Raíllo. Y enloqueció Son Moix con un gol que servía para plasmar en el marcador la superioridad del Mallorca. La permanencia está más que encaminada, aunque ya saben que, personalmente, estoy convencido de que todos los partidos son ahora un trámite. Solo me importa la final.