Antonio Sánchez Navarro (Palma, 1997) ha pasado en unos meses de que le enseñen la puerta de salida a ser el séptimo futbolista del Real Mallorca que más utiliza Javier Aguirre como titular. El canterano, que ya forma parte de la resistencia de Son Bibiloni, sueña con la permanencia y la Copa del Rey mientras reconoce que el hecho de que se cuestionara su papel en el proyecto ha cambiado su mentalidad y su forma de ver las cosas.
—¿Cuánto necesitaba el equipo un triunfo como el del Rayo?
—Lo necesitábamos por todo. Por los resultados que se habían dado y porque ganando le metíamos al Rayo Vallecano un poquito de presión. También llevábamos mucho tiempo sin descansar y sin apenas días libres desde que volvimos en Navidades. Nos ha venido muy bien esa victoria- Tanto para ganar confianza como para descansar un poco la mente y preparar todo lo que viene, que también va a ser duro.
—¿Dónde se acumula más fatiga, en las piernas o en la cabeza?
—Te diría que en la cabeza. Sabemos que estábamos en una buena dinámica pero cuando no sumas en la Liga, que es nuestro pan de cada día, se te va haciendo pesado, nosotros lo sufrimos. A pesar de que el ambiente estaba bien dentro del vestuario y las sensaciones eran buenas, necesitábamos sumar para liberar un poco esa presión que nos metemos nosotros mismos.
—¿Por qué le está costando tanto ganar al equipo?
—El futbol tiene estas cosas. El Mallorca de este año es totalmente diferente al del año pasado, cuando no concedíamos nada y con dos ocasiones ganábamos los partidos. Ahora es distinto. Concedemos más y aunque también generamos más en las áreas no estamos acertados. Y lo sabemos. Es algo que tenemos que trabajar.
—Seis puntos de margen sobre el descenso y los de abajo sumando menos puntos que nunca...
—Bueno, es un colchón para estar tranquilos porque la gente de abajo no suma todo lo que tocaría, pero nosotros debemos estar al margen de eso e intentar seguir metiendo puntos en la saca para que en los últimos partidos, que yo creo que es donde se va a decidir y donde los equipos aprietan, podamos estar en una zona tranquila.
—El domingo vuelve la Real Sociedad y lo hace en uno de sus peores momentos. ¿Que llegue tan tocado es positivo o le convierte en un rival más peligroso todavía?
—No están sacando los resultados que quisieran pero son un muy buen equipo, con un muy buen entrenador, muy buenos jugadores y muy buen juego. Contra el PSG jugaba en la elite, donde los equipos te castigan, pero hizo un muy buen partido y dejó un resultado engañoso. También te digo que nos da un poco igual. Tenemos que preocuparnos de nosotros. Estamos en una dinámica buena y hay que apoyarse en eso.
—Hablemos de usted. Ha pasado de esta casi fuera de la plantilla a titular habitual. ¿Cómo se llega a eso?
—Trabajando. Lo que pasó en verano me sirvió para cambiar de mentalidad y, a raíz de eso, elegí trabajar e intentar aportar en lo que pudiera, que en las primeras jornadas fue desde el banquillo. El míster vio el cambio y me vio capacitado. No hay ningún secreto. Trabajo y voluntad de ayudar a tus compañeros.
—¿Pero antes de tomar esa decisión de tirar hacia adelante no se llegó a plantear que realmente lo mejor era irse?
—En el momento en el que el míster te da la noticia, obviamente, tienes que pensarlo porque te lo acaba de decir el propio entrenador. Pero es cierto que esa situación no duró mucho porque el club me transmitió tranquilidad y que aunque vinieran jugadores tendría mi puesto en la plantilla. Y pasé de una mentalidad equivocada a intentar ayudar al equipo en lo que me quedase, que no sabía cuánto era. Luego ha venido todo lo demás.
—¿Entiende entonces que si la temporada pasada tuvo otro papel fue por usted mismo?
—Todo son momentos y en aquel no terminaba de encontrar al Antonio Sánchez que había llegado al primer equipo del Mallorca. A veces necesitas estos choque de realidad y situaciones como la que viví con el míster para cambiar el chip.
—¿Piensa muchas veces en lo duro que ha sido llegar a donde está?
—Este tipo de cosas son las que había dejado de valorar el año pasado. Y a raíz de eso claro que he empezado a valorar lo privilegiado que soy por jugar en Primera División y hacerlo además en mi casa, cerca de mi familia. Dejé de valorar y con todo esto he cambiado la forma de verlo. Ha sido una experiencia positiva.
—Solo hay tres futbolistas de la cantera en la plantilla pero han marcado más de una tercera parte de los goles en LaLiga y casi la mitad a nivel global. ¿Le sorprende el dato?
—Es importante, sobre todo para los chicos de la casa. Que vean que se puede llegar y que se motiven. Sabemos que es muy difícil, como hemos hablado, pero tanto Abdón como Javi (Llabrés) son la inspiración de la cantera.
—En su caso, dos goles y ambos al Rayo. ¿Le deben algo en Vallecas?
—(Risas). No pero ojalá jugáramos más veces contra ellos.
—Le voy a poner en un aprieto. ¿Qué prefiere antes, la permanencia, la Copa o la renovación?
—Es complicado, eh. Pero creo que diría la Copa del Rey. Ya jugué unas con el Mirandés pero no sé cuántas semifinales o finales voy a poder disputar en mi carrera. Hacerlo aquí, por lo especial que es la Copa en este club, lo hace diferente. Me hace mucha ilusión. A ver, aclaro que la permanencia la quiero sí o sí y la renovación (acaba contrato en junio) también me gustaría.
—Ha habido debate en torno a la Copa del Rey y si les ha despistado en la Liga.
—Todo lo contrario. Ganar es ganar. Y hemos tenido eliminatorias de Copa que al final hemos superado bien, con muy buenas sensaciones y eso nos ayuda a nivel mental. Y, a su vez, jugadores que no estaban contando tanto en la Liga los han encontrado ahí. Creo que ha sido positivo para todos nosotros.
—No sé si la victoria del otro día de Osasuna en el Reale Arena les ha indicado el camino.
—Es un duelo empatado, sin valor doble de los goles, y va a ser una final. Debemos tomarlo así, como que todo está abierto. Ellos tienen la ventaja de jugar en casa pero nosotros vamos sin miedo a plantarles cara.
—Hemos pasado de puntillas por su renovación. ¿Hay algún avance?
—Desde hace ya unas semanas se está hablando y es cuestión de ponerse de acuerdo. No sé si tardará mucho o poco.
—¿Usted es optimista?
—Siempre.
—Es libre para negociar. ¿Ha venido alguien a tentarle?
—No tengo ni idea. Estoy centrado en otras cosas y al primero que voy a escuchar siempre es al Mallorca.