La Copa del Rey regresa esta semana a uno de los estadios en los que ha crecido su leyenda. Más de dos años después, el Real Mallorca volverá jugar como local una eliminatoria del torneo que ilumina desde hace más dos décadas su vitrina. Acostumbrado a ejercer en los últimos tiempos como forastero (solo ha jugado en casa uno de los últimos diecinueve partidos y encadena nueve consecutivos fuera), el conjunto de Javier Aguirre jugará, ante su gente y contra el Girona, unos cuartos de final que en solo noventa minutos podrían catapultarle hacia las puertas de la gloria. Será la decimoquinta ocasión que los bermellones disputen la antepenúltima ronda del cuadro, de la que ha superado la barrera hasta cuatro veces.
La última vez que el Mallorca escenificó en Son Moix un encuentro copero fue el 15 de enero de 2022, en una cita contra el Espanyol que decidieron los goles de Abdón y Take Kubo (2-1) tras cruzar en una de las bandas del campo a Luis García Plaza y Vicente Moreno. Esa fue la última temporada que el equipo alcanzó los cuartos de final y la única que ha disputado a partido único —le eliminó el Rayo en Vallecas (1-0)— porque las trece anteriores fueron a ida y vuelta.
Si ver un partido de Copa en Son Moix no es sencillo, disfrutar de un choque de cuartos de final desde el Camí dels Reis es una tarea mucho más compleja. El último se jugó el 25 de enero de 2012 y acabó con el Athletic de Marcelo Bielsa celebrando el pase a semifinales tras un autogol de Iván Ramis (0-1). Sin embargo, hay otros precedentes más dulces. Cuatro, concretamente. Dos en el actual domicilio del club y otros dos, anteriores, en el desaparecido Lluís Sitjar.
El duelo de cuartos de final en Palma que más recuerda el mallorquinismo es el de la temporada 2002-03, que terminó meses después con Miquel Àngel Nadal y Chichi Soler levantando la Copa del Rey al cielo de Elche. El Mallorca se encontraba con el Real Madrid de Vicente del Bosque y después del empate del Bernabéu en la ida (1-1), los de Gregorio Manzano fueron una apisonadora en el segundo y definitivo asalto. Fernando Niño y un doblete de Samuel Etoo dejaban a los blancos colgando de un hilo antes del descanso y Walter Pandiani cerraba el círculo (4-0).
El último cruce de cuartos que superó el Mallorca fue a costa el Betis (temporada 2008-09), pero Son Moix abrazó el partido de ida, resuelto con un gol de Alhassane Keita (1-0) y rematado luego en el Benito Villamarín con un empate a cero. De las cuatro veces que el conjunto balear ha superado esta ronda esa es la única en la que no ganó a continuación las semifinales, donde se topó con el Barcelona que dirigía en su primer año Pep Guardiola.
Las otras dos veces que el Mallorca conquistó una confrontación fueron con el Sitjar como punto de apoyo. En la campaña 1990-91, que acabó en la final del Bernabéu, y en la 1997-98, que desembocó en la de Mestalla. En la primera desmontó al Valencia y en la segunda al Athletic jugando en ambos casos la vuelta en Palma.
Ahora el camino hacia las semifinales parece más corto porque la puja durará solo noventa minutos, aunque el rival será el equipo de moda del fútbol español. Para el Girona serán los segundos cuartos de final de su historia —en los primeros le eliminó el Madrid hace cuatro años— y una oportunidad única para seguir dándole forma a una temporada inolvidable.
Mallorca y Girona ya se enfrentaron a mediados del siglo pasado en la Copa Generalísimo. Fue en la quinta ronda de la temporada 1948-49 y el pulso se zanjó con una victoria de los catalanes (4-2). Ahora el turno de palabra es para Son Moix y su gente. Vuelve la Copa. Vuelve el sueño de toda una afición.