Los jugadores de la selección de Kosovo decidieron abandonar el campo en el minuto 19 de su choque en Bucarest ante Rumanía por los gritos de «Serbia, Serbia» que se profesaron desde la grada y por alguna pancarta en la que se podía leer «Kosovo es Serbia».
Rumanía es uno de los cinco países de Europa que no reconocen la soberanía de Kosovo junto a Eslovaquia, España, Grecia y Chipre. El partido se ha suspendido ya en dos ocasiones y la situación es de máxima tensión.
Vedat Muriqi ha sido titular en este encuentro cuya noticia está localizada en la grada más que lo que ha ocurrido en el césped. Los jugadores de Rumanía, pese a que han intentado mediar con los aficionados, no han podido detener los gritos, de ahí que los kosovares decidieran abandonar.
Finalmente el partido se reanudó de nuevo, bajo la amenaza de que si repiten los gritos el partido va a suspenderse definitivamente y los tres puntos serán para Kosovo. Quien no lo terminó fue el mallorquinista Muriqi, que poco antes del descanso vio la segunda amarilla y fue expulsado.