Al final de la primera parte, en una disputa con Sorloth, Antonio Raíllo pisó mal y el pie izquierdo se giró por completo. El cordobés, con evidentes gestos de dolor, se retorcía en el terreno de juego y todas las alarmas se encendían. Gio entró en el lugar del capitán del Mallorca, que fue retirado en camilla entre el aplauso de los aficionados y con un semblante de preocupación evidente. Javier Aguirre reconoció tras el partido que la cosa «pinta mal» porque la lesión se produjo en el mismo tobillo que hace dos años ya le obligó a pasar por el quirófano y que la mantuvo cinco meses alejado de los terrenos de juego.
En aquella ocasión, Antonio Raíllo fue operado de una lesión en el ligamento interno del tobillo izquierdo que se produjo durante un amistoso que jugó el Mallorca en Francia contra el Brest en la pretemporada 2021-22. A pesar de ello, el capitán pudo disputar los 90 minutos del primer partido liguero ante el Betis. Las molestias no remitieron y se tomó la decisión de intervenir a finales de octubre. No reapareció hasta el 5 de febrero.
Previsiblemente, el Mallorca informará en las próximas horas sobre el estado exacto de la lesión, después de someterse a las pertinentes pruebas médicas, aunque todos los indicios apuntan al peor de los pronósticos. Javier Agirre reconoció el jueves en la rueda de prensa que quizás en esa demarcación sería necesario algún refuerzo. Ahora, si se confirman los peores augurios, fichar un central será un objetivo prioritario.