La tormenta que se ha desatado en Valladolid no impedirá al Mallorca avanzar en sus planes con Cyle Larin. El traspaso del delantero canadiense, suspendido en el aire tras la destitución el pasado lunes de Fran Sánchez como director deportivo del club pucelano, parece que seguirá su curso pese al volantazo propinado desde Zorrilla. La entidad blanquivioleta, que necesita darle salida a determinados futbolistas para ajustar sus números y está obligada a reformar cuanto antes la plantilla para poder seguir desde el principio la estela del ascenso, no detendrá una operación todavía sin abrochar del todo que para los baleares también resulta básica. Según el periodista Fabrizio Romano, el montante final ascenderá a 7.5 millones de euros (con la suma de otras variables puede llegar a 8.2) y si se solventan los clásicos flecos finales el jugador firmará un contrato para las próximas cinco temporadas. O lo que es lo mismo, hasta el 30 de junio de 2028.
Larin, que este martes seguía trabajando a puerta cerrada en los anexos de Zorrilla, está protagonizando el serial del verano, que cuando encaraba sus episodios finales sufría un giro de guion inesperado. El lunes, con la venta del canadiense al Mallorca apalabrada en una cantidad muy importante para el club balear, Javier Aguirre se frotaba las manos. El cuadro rojinegro estaba a punto de echarle el lazo al objetivo que había perseguido durante todo el verano y el mexicano se aseguraba la pieza que le falta a su mosaico ofensivo. Hasta que un escueto comunicado con el membrete oficial del Valladolid congelaba cualquier movimiento en torno al vestuario del conjunto blanquivioleta.
El Valladolid, enfrascado en varias maniobras de entrada y salida —además de Larin negocia por Fresneda o Kenedy—, quedaba descabezado en la parcela deportiva y a merced de las decisiones de su propiedad, liderada por el exfutbolista Ronaldo Nazario, que tenía que tomar una decisión sobre las negociaciones que tenían Fran Sánchez y sus colaboradores sobre la mesa.
Si el fichaje se hace oficial durante esta jornada de miércoles —a las tres partes les conviene que el culebrón se resuelva cuanto antes—, Larin se convertirá en el cuarto refuerzo del Mallorca tras los de Omar Mascarell, Toni Lato y Siebe van der Heyden. Y como sucedía la temporada pasada con Vedat Muriqi, el club habrá centrado la mayor parte de sus fuerzas en adquirir pólvora y equilibrar el déficit ofensivo que había provocado la salida de Kang In Lee en dirección al PSG. Aguirre ya espera a su próximo killer. Y Cyle Larin, la oportunidad de seguir creciendo en Primera División, ahora vestido de rojo y negro.