El Almería derrotó (3-0) al Mallorca en un partido para olvidar. El conjunto de Javier Aguirre salió al campo, pero no compitió y jugó sin intensidad ante un rival que debía ganar para acercarse a la permanencia.
Aguirre ha cumplido con el objetivo. El Mallorca aseguró ya la permanencia y continuará en Primera División. En el cóctel posterior al Foro de El Económico, celebrado el martes en el Palau de Congressos de Palma, pude dialogar con varios de los asistentes, mallorquinistas de los que sí acuden semana tras semana a Son Moix, sobre el futuro del técnico. La lógica indica que si Aguirre ha cumplido con el objetivo debería ser renovado de forma rápida. Pues bien, no son pocos los aficionados que dudan de la conveniencia de prolongar la estancia del mexicano en la isla. Personalmente, considero que debe homenajearse a Aguirre, agradecérsele los servicios prestados, entregarle la preceptiva placa y cerrar así su etapa en el Mallorca. El Mallorca de Aguirre aburre, es anodino y apuesta por una forma de juego que, más pronto que tarde, conduce al fracaso.
La Primera División es el activo más preciado del Mallorca y debe preservarse a toda costa. Y estoy convencido de que el buen juego es siempre la mejor manera para alcanzar el objetivo. El conservadurismo de Aguirre ha dado resultado esta temporada y podría ser eficiente en un futuro, pero mi apuesta es por otra forma de jugar.
Por cierto, Mateu Alemany Font estuvo en Mallorca y se reunió a manteles con la vieja guardia. Compartió unas horas con Joan Buades, Vicent Rotger o Guillem Coll a quienes dirigió una emocionada alocución. Seguro que nada tuvo que ver la reunión con su posterior decisión de seguir en el Barcelona.