Con las llaves de la jornada en una mano y la calculadora en la otra, el Real Mallorca ha viajado a Vigo buscando un respiro. Varado en sus propios números desde hace muchas jornadas, el equipo de Javier Aguirre afronta otro desplazamiento con la idea de meter algún punto en la maleta y consciente de que una victoria, además de minimizar la peor serie de resultados del curso, le plantaría a las puertas del cielo. Cargados de bajas y con hasta cuatro jugadores del filial completando la convocatoria, los baleares visitan a un Celta que circula en la dirección opuesta y que, pese a gestionar solo dos puntos más, se niega a despedirse del sueño europeo (Balaídos, Movistar LaLiga, 21.00 horas).
El hogar del Celta, del que ni el Mallorca ni su entrenador salen con los bolsillos llenos desde el año 2007, confrontará dos rachas muy diferentes, ya que unos llevan dos meses volando y los otros, manteniéndose en pie cómo pueden. En el caso del Mallorca, su mala dinámica —ha sumado solo tres puntos de los últimos 18—, se acentúa de manera alarmante tras las paredes de Son Moix, donde solo ha rascado un empate, el de la semana pasada en Valladolid, desde que el campeonato se partió en dos para hacerle sitio al Mundial.
Sobre el tapete de Balaídos, Aguirre tendrá que hacer malabarismos para tejer su red defensiva. Con solo cinco hombres disponibles en esa franja del campo —Copete y Jaume Costa están sancionados y Augustinsson y Nastasic, lesionados—, lo más normal es que el mexicano devuelva a Gio al lateral derecho, que cambie a Maffeo de costado y que sitúe en el centro a lo que le queda: Raíllo, Valjent y Dennis Hadzikadunic. Todo lo que se salga de ese molde requerirá un cambio de dibujo, la reconversión forzada de algún centrocampista o la entrada de uno de los canteranos que se han desplazado.
En el centro, los planos también parecen claros. Con Battaglia fuera de circulación y Dani Rodríguez en Palma, las opciones para el entrenador se reducen. Sobre todo, teniendo en cuenta que tanto Grenier como Antonio Sánchez han perdido peso en sus esquemas con el paso de los meses. Baba regresa a la lista tras cumplir un partido de sanción y todo indica que ejercerá de ancla, con Galarreta y Morlanes a su alrededor. Arriba, Kang In Lee y Vedat Muriqi repartirán el veneno.
El Celta de Carlos Carvalhal llega a toda velocidad al tramo decisivo del curso, sin derrotas en las últimas siete jornadas y con una única caída en su estadio —contra el Atlético y con un gol de Memphis Depay en el minuto 89— en lo que va de 2023. Los gallegos recuperan a Gabri Veiga y tienen la duda de Carles Pérez, que no ha entrenado con el grupo durante la semana y se probará antes del partido. Si no llega, parece que el canterano Miguel Rodríguez tendrá una oportunidad de inicio después de brillar ante el Sevilla y estrenarse como artillero.
A su vez, es probable que Luca de la Torre recupere la titularidad tras tener descanso en ese encuentro del Sánchez Pizjuán y que ya no haya más rotaciones. Seferovic repetirá en punta junto al mayor especialista en ataque del cuadro celeste: Iago Aspas.
Luis Montiel entra en una lista marcada por las bajas
Javier Aguirre ha tenido que tirar de la factoría de Son Bibiloni para completar una convocatoria marcada por las bajas en la que acabaron entrando 23 futbolistas, tres de ellos porteros. La gran novedad es la presencia de Luis Montiel. El joven centrocampista de 19 años —hijo del exfutbolista Óscar Montiel y hermano de Tòfol, exjugador de la Fiorentina y ahora también en el Mallorca B— lleva toda la vida en el club bermellón y entra así por primera vez en los planes del primer equipo. Junto a él repiten presencia Josep Gayà, Miquel Llabrés y Marcos Fernández, que ya estuvieron la semana pasada en el banquillo del estadio José Zorrilla, aunque sin llegar a tener minutos. Uno de los que tiene más opciones de estrenarse es el andritxol Marcos, de quien Aguirre ya habló muy bien cuando llegó al club el año pasado. Las bajas de Jaume Costa y Augustinsson podrían adelantar su debut.