Minuto 58 de partido entre el Mallorca y el Celta. El resultado es de empate a cero en el marcador y el equipo de Javier Aguirre ha mejorado en relación a la actuación de la primera parte. El equilibrio en el centro del campo le ha permitido tener más presencia en el campo rival, pero falta ser más decisivo en el área rival. En ese momento Galarreta agarra un balón en la zona ancha y arma su pierna derecha para visualizar la carrera de Pablo Maffeo por el carril diestro.
Hacia allí dirige el balón y el lateral recoge con pierna derecha y baja el cuero en un control magistral. Ya dentro del área se zafa del marcaje del defensor y encuentra una Isla dentro del área. Levanta la cabeza y observa cómo tiene hasta tres posibilidades de centro. Muriqi la pide, pero está algo marcado. Kadewere busca espacio en el punto de penalti y también la pide. Hacia esa zona dirige el balón, que atraviesa por delante del jugador de Zimbaue y llega al futbolista más retrasado, Dani Rodríguez, que también había levantado los dos brazos pidiendo la bola. Le llega el balón lamiendo el césped y en ese momento piensa cuál es la mejor solución.
Tenía dos opciones: romperla con la posibilidad de que el cuero se perdiera en la grada o tratar de situar el balón entre el palo largo y la previsible estirada de Marchesin. Se decide por lo segundo. No se equivoca. Disparo sutil y gol. Locura en Son Moix. El tigre vuelve a rugir y hace rugir también al campo.
Fue un triunfo balsámico. La ultima ocasión en la que un gol del gallego fue suficiente para ganar tres puntos fue el curso pasado en el partido ante el Espanyol en agosto de 2021. El viernes volvió a tener un valor incalculable el triunfo del Mallorca y el tanto del atacante. El once balear encontró de nuevo acomodo en la zona intermedia. 25 puntos y la salvación más cerca además de recuperar sensaciones tras la eliminación copera. Fue más que un gol.