La permanencia es el objetivo y está cerca. El Mallorca me aburre durante demasiados minutos, pero ir sumando da alegría. Este viernes, el conjunto de Javier Aguirre ganó (1-0) al Celta en un duelo en el que los gallegos fueron superiores durante demasiados minutos. El equipo, una vez más, desperdició los primeros cuarenta y cinco minutos, en los que el Mallorca jugó a la ruleta rusa.
La primera parte fue soporífera, con el esférico transitando sobre el tapete sin incidencia alguna en las áreas. El partido, igualado e intenso en los primeros minutos, fue decantándose hacia el Celta, que se hizo con el control. El Mallorca era sometido, pero se llegó al descanso con el resultado inicial casi de forma milagrosa.
Reaccionar era obligado. Javier Aguirre no esperó ni un minuto para replantear el partido y dio entrada a Grenier y Kadewere en sustitución de Baba y Amath. El equipo cambió, pasó a jugar con dos delanteros y dominó al rival. Grenier demostraba su calidad, el Mallorca acaparó la posesión y las aproximaciones con peligro al área rival se convirtieron en habituales. Dani Rodríguez inauguró el marcador cuando se cumplía el minuto 58. Quedaba un mundo, pero el partido estaba encarrilado. Carlos Carvalhal buscó soluciones e hizo cambios de marcado carácter ofensivo. El Celta pasó a dominar al rival, pero el Mallorca se defendió con orden, controló las aproximaciones gallegas y el marcador ya no se movió.
De esta manera, el conjunto de Javier Aguirre suma ya 25 puntos, tiene la permanencia más que encarrilada, aunque también hay muchos aspectos a mejorar. No hay razones para preocuparse. El Real Mallorca es un equipo solvente en defensa, pero debe mejorar en ataque. Muriqi totaliza ya cuatro partidos sin marcar, aunque mientras se sigan sumando puntos…