La pasada temporada era uno de los puntos más débiles. El cambio de inquilino bajo los palos no detenía la hemorragia de la defensa del Mallorca, descosida por todos los lados. Hasta cuatro porteros (Reina, Greif, Leo Román y Sergio Rico) se pusieron los guantes y ninguno de ellos fue capaz de imponer seguridad en la zaga. Esta campaña, todo ha cambiado. El fichaje del internacional serbio Predrag Rajkovic y el sistema defensivo ideado por Javier Aguirre para fortalecer esa zaga han provocado que el Mallorca tapone la mayoría de las vías de agua que inundaban cada partido el curso anterior. Y es que solo cuatro equipos de la Primera División han recibido menos goles que los bermellones a falta de apenas tres curvas para cruzar el ecuador del campeonato.
El líder Barcelona, que apenas ha recibido 6 -la mitad de ellos en el Bernabéu-, el Villarreal, el Betis y el Athletic Club acumulan menos peso en sus mochilas que el grupo de Aguirre. Rajkovic no se ha perdido ninguna de las citas y ha sido capaz de cerrar su puerta en 6 de los dieciséis partidos disputados. Ha encajado 15 goles (la pasada campaña acumulaba 23 tantos encajados) y aparece en el podio entre los aspirantes a conquistar el Trofeo Zamora, aunque el aleman Ter Stegen dispone de una clara ventaja en relación a todos sus perseguidores. No encajar es el primer precepto en el libreto de Javier Aguirre, un entrenador obsesionado con la retaguardia que ha instalado una línea de cinco, inamovible incluso en los partidos de Copa ante rivales de inferior categoría, desde que llegó a la Isla.
El primer día dejó claro que su primer mandamiento es asegurar la portería. No encajar. Después, viene todo lo demás. La seguridad de Rajkovic y el buen momento de forma de Raíllo son dos de los puntos notables en esta evolución que ha experimentado el equipo, con una mejoría evidente desde los cimientos, que está provocando el impulso del Real Mallorca en la clasificación. Situado en la décima plaza, tiene más cerca los puestos europeos que el descenso...