Javier Alberola Rojas (Ciudad Real, 1991) ve la luz al final del túnel en el Getafe-Real Mallorca de este viernes. La Navidad le ha regalado la vuelta a la competición y en la tarde previa al fin de año, se culminará su calvario de salud haciendo lo que más le gusta. El colegiado manchego se ha perdido los 14 partidos de esta temporada a causa de un problema de salud que le ha obligado a pasar dos veces por quirófano y a estar un mes hospitalizado.
El árbitro más joven y de los mejor valorados de Primera División narró a los canales de la RFEF su historia, que empezó con un hinchazón en el brazo y que terminó complicándose en dos ocasiones. Acudió al médico al ver que algo no iba bien, pero el diagnóstico fue mucho peor de lo que se esperaba. «Tenía dos venas obstruidas a la altura de la clavícula. Por suerte se produjo hacia el brazo y no hacia el corazón o la cabeza», afirma.
Alberola pasó por quirófano y a pesar de haber sido una operación satisfactoria, sufrió un neumotorax tras la extracción de una costilla auxiliar. A raíz de esta situación, tuvo que quedar ingresado en la UCI y guardar reposo absoluto para poder recuperarse en condiciones. En más de un momento pensó que no volvería a arbitrar. Sin embargo, empezó a ver la luz al final del túnel y tras mucho trabajo, logró recuperarse al 100 %.
En los inicios de diciembre consiguió superar las pruebas físicas y el Comité Técnico de Árbitros aprobó su vuelta. Para la felicidad de todos, Alberola Rojas volvió al verde y retomó el contacto con el silbato en un partido amistoso entre el Getafe y el Chivas mexicano. Cuando tocó el pitido final mostró su emoción mirando al cielo y con la emotividad del momento agradeció volver al césped. Semanas después, volvió a la competición para arbitrar al Cacereño-Girona de Copa del Rey, pero su objetivo se cumplirá en la jornada 15 del La Liga Santander, en la que su silbato y él volverán a formar equipo en los campos de la élite nacional. El Getafe-Mallorca será el principio de una segunda oportunidad para él.