De una tacada, el Real Mallorca ha cerrado el culebrón del verano y el fichaje más caro de su centenaria historia. Vedat Muriqi, que hace solo unas semanas se despedía de la afición de Son Moix que tan bien le había acogido durante el último medio año que pasó a su lado, será futbolista bermellón las cuatro próximas temporadas y la piedra angular del nuevo proyecto para la temporada 2022-23 gracias a un acuerdo con la Lazio que, a falta de cifras oficiales, estará por encima de los nueve millones de euros. Una apuesta tan arriesgada como necesaria para el equipo que dirige Javier Aguirre que, en cualquier caso, necesitará ser revestida con otros complementos antes de que empiece la temporada en poco menos de un mes.
Muriqi quería seguir vistiendo de rojo y negro y el club había priorizado la contratación del internacional kosovar por delante de otras opciones, a pesar de que el fichaje había quedado totalmente invalidado hace justo dos semanas, cuando la Lazio pactaba con el Brujas belga un traspaso que finalmente quedó en el limbo. De hecho, el propio CEO de Negocio del Mallorca, Alfonso Díaz, ha insistido en varias ocasiones en que la operación era «inviable» desde el punto de vista económico. Y casi al mismo tiempo que se liquidaba el serial que ha protagonizado el Pirata en los últimos meses, se evaporaba la posibilidad de incorporar a una de las que se habían erigido en sus alternativas más firmes. El Benfica llegaba a un acuerdo con el Galatasaray para transferir, en régimen de préstamo, al internacional suizo Haris Seferovic para la próxima temporada.
Muriqi (Prizren, 1994) necesitó solo 16 partidos para cautivar al mallorquinismo y convertirse en uno de los jugadores más queridos de los últimos años, pese a la polvareda que levantó su llegada a finales del pasado mes de enero. Sin gol ni grandes argumentos en ataque, el equipo balear acababa de recorrer las galerías del mercado y se agarraba a la figura del kosovar, que por entonces era solo un desconocido que venía de dejar unos números raquíticos en Italia: en una temporada y media y casi cuarenta partidos con los romanos solo había marcado un tanto. Unos datos poco esperanzadores que Muriqi aclaró en sus primeras actuaciones. Primero, con un esperanzador debut en la Copa contra el Rayo Vallecano. Y solo unos días después, con la función de su estreno en casa, en la que anotó de penalti contra elCádiz mientras se ganaba la titularidad y se metía a la hinchada en el bolsillo con su actitud.
A partir de ahí, Muriqi fue clave para el Mallorca que despachó la Liga salvándose en El Sadar. Tanto Luis García Plaza como Javier Aguirre se aferraron a su manual y el kosovar le acabó cambiando la cara al equipo. Tanto, que se convirtió en el objetivo número uno del club pese a que la Lazio, que en su momento pagó veinte millones de euros por su traspaso, no estaba dispuesto a dejarlo salir por menos de esos 12 millones en los que fijó la opción de compra del acuerdo de cesión. La operación Muriqi parecía totalmente imposible cuando el pasado día 7 de julio el propio futbolista se despedía de la afición bermellona a través de una emotiva nota que hizo pública en sus redes sociales en la que agradecía el trato recibido desde su llegada. «Mi corazón está con vosotros y siempre será bermellón», concluía antes de viajar a Bélgica para incorporarse a las filas del Brujas. Un traspaso que nunca llegó a cristalizar y que le reabrió de manera sorprendente las puertas de Son Moix. Al final, su voluntad ha resultado decisiva para que el fichaje más esperado del verano acabe cobrando forma justo a tiempo.
Las claves
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Malos números en Italia
El fichaje de Muriqi, que llegó a finales del pasado mes de enero, generó un gran recelo entre la afición del Mallorca por el escaso rendimiento que había ofrecido en la Lazio. Sin embargo, tardó solo un par de encuentros en cambiarle la cara al equipo.
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Clave en la salvación
Muriqi se ganó al mallorquinismo con sus goles —marcó cinco que resultaron decisivos para alcanzar la permanencia en Primera División—, pero también con su capacidad de trabajo, con su pelea y con el compromiso que mostró desde su llegada.
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El refuerzo más esperado
El propio Javier Aguirre, solo unas horas después de que el Mallorca se salvara en Pamplona, señaló su fichaje como un objetivo prioritario. Una operación que parecía imposible hace solo dos semanas, cuando se anunciaba su traspaso al Brujas belga.