Primer día de junio y el reloj de arena que marca el minuto a minuto de la planificación de la próxima temporada en el Mallorca ya tiene la vuelta dada. La arena cae, sin prisa, lentamente, pero también si pausa. La idea es tener el grueso de la plantilla a disposición de Aguirre cuando arranque la pretemporada, pero seguramente esto no sucederá. Hay muchos frentes abiertos que obligan a moverse con cierta agilidad en un mercado competitivo y una de las primeras líneas que debe cerrar el club es fichar a un portero que llegue con la vitola de ser titular. Las sombras que ha generado Dominik Greif este pasado curso impiden que a día de hoy se pueda confiar en él como el guardameta que a mediados de agosto saldrá a defender la meta rojilla.
Su aportación se ha visto mermada por una lesión de espalda rodeada de misterio, pero que evidentemente ha sido grave y que le ha mantenido en el dique seco. Solo ha actuado en dos partidos. Uno simbólico de Copa frente a la Segoviana y otro de Liga ante Osasuna en el que fue un desastre ya no por los tres goles que recibió, también por el comportamiento excesivamente nervioso que exhibió. Fue después de que Reina encajara seis goles en el Bernabéu.
Desaparecido
Tras el partido de Copa siempre hubo una molestia o algo extraño hasta que desapareció de las convocatorias y a partir de ahí la nada. En este escenario apostar por Greif como el propietario del arco el próximo curso es poco prudente, de ahí los movimientos para encontrar un guardameta de garantías. Tras el fiasco de Sergio Rico, ahora Ortells intentará acertar al menos en la portería. Si se habla de la sombra de la sospecha levantada por Greif, la que es muy alargada es la sombra de Manolo Reina. Esta pasada temporada, pese a pasar al ostracismo primero por García Plaza y después por Javier Aguirre, este último tuvo que rendirse ante la supremacía del malagueño y confiar en él para atar la permanencia. De lo contrario seguramente ahora el Mallorca estaría en Segunda. La presencia de Leo Román parece segura en el primer equipo, pero no es hoy por hoy el portero que el club contemple como titular. Eso deja lugar a la necesidad de encontrar uno que no genere ni dudas ni debate.
Durante estos últimos días un guardameta como Fernando Pacheco del Alavés ha sido vinculado a clubes como Valencia, Espanyol y el propio Mallorca. Es una de las opciones que ofrece el mercado y uno de los perfiles que ha pedido el entrenador mexicano, que como es lógico pretende que el arco lo defienda a ser posible un portero con experiencia, templanza, capacidad de liderazgo y si es posible recorrido en la máxima categoría. Si se consigue este hombre empezará bien el mercado para el Mallorca, pero si se improvisa la cosa arrancará mal. La experiencia de esta pasada temporada tiene que servir para algo porque la incertidumbre mantenida ha sido letal para el equipo y eso debe evitarse a toda costa. A partir de ahí el resto del equipo tiene que remodelarse de arriba abajo y el reloj de arena sigue su camino sin detenerse. Falta todo junio por delante y el mercado tiene sus propios tiempos más allá de las necesidades de los equipos y de las voluntades de los entrenadores. Sin embargo, lo que es absolutamente innegociable es que el portero que se fiche tiene que ser el dueño del arco durante la próxima temporada.