El Mallorca recibió un golpe esperado. Un directo al mentón que le deja en una situación crítica, con cinco derrotas consecutivas (nueve en los once últimos partidos) y de momento fuera del descenso por los deméritos de los rivales directos. El grupo de Luis García Plaza hizo un partido digno hasta que Iddrisu Baba hizo de Donnarumma al enredarse en la salida de balón y despertó al Madrid de su letargo. Dos zarpazos de Benzema y otro de Vinicius empaquetan (casi) el título para los blancos y dejan a los isleños a merced de su destino, sin margen de error y con la visita a la casa de Vicente Moreno como la primera final por la salvación...
El Mallorca compitió de tú a tú al líder en un primer tiempo notable. Sergio Rico metió una buena mano para evitar el primero y a partir de ese instante el conjunto local comenzó a creer en sus posibilidades. Maffeo, que se jugó la expulsión durante toda la noche, tiró de casta para adentrarse en terreno enemigo y envió un balón al poste.
La acción de Baba, que se dejó robar la cartera ante Valverde, cambió el signo de la tarde. Un empujón sin sentido de Oliván a Vinicius y un cabezazo a cámara lenta de Karim Benzema ratificaron la superariodad blanca en el área del rival ante un Mallorca entregado a su suerte que debe resetear el proyecto para evitar el descalabro. Las derrotas se amontonan y el equipo no reacciona.