Luis García Plaza manifestó al final del encuentro ante el Celta que la conclusión principal es la necesidad de «cerrar la sangría de goles» que está recibiendo el equipo y que impiden al grupo balear tomar impulso en la clasificación. «Vamos perdiendo puntos que nos hacen mucho daño. O cerramos la sangría de goles en contra o así es muy complicado. Hay que estar mucho mejor en el campo, vivir mucho más los momentos determinados, cuando tenemos que defender hay que defender de verdad, incluso cuando vamos empatando hay que saber jugar esos minutos y llevar el balón al campo contrario y que las cosas que pasen que sean en su zona», subrayó el entrenador del Mallorca.
El entrenador analizó la situación del equipo en estos momentos y numéricamente no tienen pérdida. «Estamos a tres puntos del Elche, a un punto del Getafe, dos puntos por encima del Cádiz, uno por encima del Granada y los números de un equipo indican que estamos quintos por abajo luchando por el descenso. Si queréis que estemos más por encima del descenso lo entiendo, pero esto no quita para tener que corregir errores cuando los cometemos», apuntó el entrenador. En su opinión, el once rojillo está en ese vagón de conjuntos que tratan de sacar la cabeza de ahí abajo. «Estamos en esa lucha con siete equipos, en ocasiones más arriba y en otras más abajo. Ahora nos viene el Madrid y vamos a pelear contra ellos. Lo que está claro es que hay que cerrar la sangría de goles», insistió el entrenador del Mallorca.
Otra de las realidades la subrayó el madrileño. «Lo que no puede ser es que vayamos fuera de casa y tengamos que hacer cuatro goles para ganar. Si haces tres fuera de casa tienes que sumar los tres puntos, ya no digo ni empatar, tienes que ganar. En la primera parte hemos hecho tres faltas, tres faltas, el equipo de mi hijo hace más», sentenció el entrenador.
Este domingo el Mallorca no fue capaz tampoco de administrar la expulsión de Hugo Mallo en el minuto 85 y no sacó provecho de la superioridad numérica. «Nos equivocamos en la manera de hacer las cosas. Hay que llevar el balón en campo contrario, jugar en su zona. Empezamos a meter balones por dentro, les damos opciones y estuvimos mal. En lugar de llevar el balón en campo contrario de una manera más directa, ahí nos equivocamos». El técnico, que no estuvo en el banquillo al estar expulsado, dijo que la culpa de esa derrota es «mía» porque no pudo estar ahí abajo con los el equipo. También indicó que si el club toma la decisión de cesarle, se irá sin pronunciar una sola palabra en contra del club. «No os preocupéis por mí, el día que la dirección decida que no sea yo el entrenador, sea mañana, verano o dentro de año y medio, solo habrá palabras de agradecimiento. Con toda la tranquilidad del mundo diré adiós, nadie me quita la felicidad de haber entrenado aquí». El técnico añadió tener «más fuerza» que nadie para seguir. «Pero no os preocupéis por mí para nada, no pronunciaré una palabra mala contra Mallorca, ni contra la dirección ni los jugadores. Estoy encantado, tengo ganas de seguir entrenando a tope. Hasta ahora he cumplido objetivos, incluso por encima de los que me han puesto», recordó el técnico bermellón.