Viajaron cuatro temporadas a bordo de una montaña rusa, se especializaron en subir escalones y tiraron del equipo hasta en tres categorías distintas. La generación de bronce del Mallorca se extingue. Ese exclusivo grupo de futbolistas que hasta hace nada componía los cimientos de la plantilla ha ido perdiendo piezas durante el último medio año y amenaza con quedar reducido a cenizas cuando acabe esta temporada. El ascenso a Primera y las corrientes del mercado de invierno han acelerado la descomposición de un pelotón que en los últimos meses se ha ido quedando sin espacio y que apenas ha gozado de protagonismo en el proyecto.
El corte empezó a hacerse visible en mayo, a raíz del último salto de categoría. En aquel momento, hasta nueve jugadores de la temporada en Segunda B seguían marcando el paso y resistían bajo el techo del vestuario aunque uno de ellos, Álex López, ya se había quedado sin ficha después de un calvario de lesiones y pasos por el quirófano. Pero junto al delantero catalán, que últimamente ha vuelto a competir bajo el escudo del Costa Brava, de Primera RFEF, salían en la foto Manolo Reina, Antonio Raíllo, Salva Sevilla, Joan Sastre, Abdón Prats, Lago Junior, Fran Gámez y Miquel Parera. Todos, de una manera u otra, habían sido importantes en la escalada y renacimiento del club. Nada que ver con el rol que desempeñan en Son Moix estos días los que aún permanecen en la plantilla.
Con la inscripción en Primera ya se descolgaron del grupo, en dos movimientos tan naturales como esperados, Miquel Parera y Fran Gámez. El primero, después de cuatro campañas a la sombra de Reina, encontró acomodo en un histórico como el Racing de Santander mientras el segundo, sin asiento tras el fichaje de Maffeo, acababa recalando en otro club con solera: el Zaragoza. El resto, el núcleo duro del grupo, había participado activamente en el regreso a Primera y seguía ocupando un lugar destacado en la libreta de Luis García Plaza, pero el paso del tiempo y el propio fútbol han ido preparando el cambio de escenario.
En el caso de los dos más veteranos, Salva Sevilla y Manolo Reina, su papel ha variado. El centrocampista conserva su clase pero la esparce a cuentagotas. Y el portero, al que se le fue preparando el relevo con el fichaje de Greif, ha sido relegado por el canterano Leo Román, que partía como el tercer guardameta y que ya fue titular contra el Levante en el primer partido de los últimos años en el que no había un solo superviviente de Segunda B en el once. Los dos acaban contrato en junio y parecen apurar su etapa en el Mallorca.
Lago Junior se marchaba cedido al Huesca con una opción de compra a finales de diciembre. Igual que Sastre, que ha elegido el fútbol griego y el PAOK para seguir haciendo kilómetros. Los otros que quedan son Abdón Prats, que también podría salir durante el mercado, y Raíllo, inédito desde la primera jornada por lesión. Se acaba un ciclo en Son Moix.