Mallorca y Celta se fundían en un partido imposible. El pulso entre baleares y gallegos que desembalaba la jornada quedaba estrangulado por el fuerte viento que soplaba en Son Moix, que impedía en todo momento el buen desarrollo del encuentro y del fútbol, en general. Sin la posibilidad de controlar el esférico en un escenario en el que cualquier envío se convertía en una bomba de relojería, unos y otros se limitaban a mantener el tipo y a buscar el gol de forma aislada, a través de una carambola o lanzando una moneda al aire. Fútbol, lo que se dice fútbol, no hubo nunca. La última función del año en el recinto bermellón desembocaba en una batalla contra los elementos y en un espectáculo insoportable para el espectador.
¿Debería haberse suspendido el partido? «He preguntado si alguna vez se había suspendido alguno por viento y me han dicho que no, a no ser que sea algo tremendo», respondía Luis García Plaza. «No tienes control de lo que haces y, lógicamente, todo lo que habíamos preparado cambia. A lo mejor el partido se podría haber retrasado a este sábado, no lo sé», abundaba el entrenador madrileño. El técnico del Mallorca lamentaba que su equipo no hubiera subido otro escalón en la primera mitad. «Teníamos que haber dado algo mas con el viento a favor», comentaba LGP. «En total se habrán jugado 10 o 15 minutos, no creo que más, pero nos ha faltado meter mas ritmo. En la segunda mitad, hasta el minuto 91, hemos estado bastante bien, pero era difícil y es verdad que ellos han podido marcar. De la segunda parte no tengo nada que achacarle al equipo, pero ha sido todo muy extraño. No estoy ni contento ni triste».
Cuestionado por el papel de Manolo Reina, Luis García Plaza agradecía la actuación del portero andaluz. «Ha estado muy acertado», subrayaba. «Hablamos con él hace tiempo porque necesitaba recuperar esa estrella que tiene. Le faltaba hacer un partido que nos diera puntos y lo ha hecho». Sobre otro de los futbolistas destacados, el argentino Rodrigo Battaglia, el entrenador bermellón reconocía su trabajo: «Ya me gustó mucho también en San Sebastián. Se ha adaptado muy bien a las disputas y al partido. Su único problema es que el compañero que tiene delante (Baba) está haciendo una temporada increíble».
Con la calculadora en la mano, Luis García Plaza es optimista. «Llevamos dos empates a cero y muy raros en casa. Ni podemos mostrar nuestras armas ni nos pueden hacer daño. Nos cuesta ganar, es cierto, pero nos hemos acostumbrado a no perder y a ver si ahora somos capaces de dar un paso adelante. Entiendo que la gente quiera más. Pero el equipo ha estado siempre lejos del descenso y este punto nos aportará. Las segundas vueltas son duras y nos queda mucho por hacer. Hay que seguir siendo ambiciosos». Manolo Reina, portero del Mallorca, destacaba y antes las cámaras de Movistar el valor del punto que su equipo se acababa de meter en la cartera. «Sabíamos que en la segunda parte íbamos a sufrir porque con el viento era muy difícil jugar. No ha podido ser y el punto es positivo. Todo lo que sea sumar es bueno», explicaba el de Villanueva del Trabuco. «Ha sido un encuentro complicado», resumía Reina. «Si algo no nos gusta a los futbolistas es el viento. Hemos intentado no complicarnos, pero acababa metiéndonos en nuestro campo».