Un escenario especial y un partido de contrastes. Es lo que le espera al Mallorca en su regreso a la espiral de la Liga tras catorce días de parón competitivo. El conjunto que dirige Luis García Plaza, que no se da una alegría completa lejos de Son Moix desde que conquistó Mendizorroza en agosto, cerrará el lunes la jornada enfrentándose a un Rayo que es el equipo más potente de toda la Liga en su estadio. Al Mallorca se le va a acumular el trabajo en su regreso a la arena.
Peleado con la victoria durante el último tramo entre parón y parón —solo ha ganado un partido de los últimos diez y fue contra el Levante, a principios de octubre—, el conjunto balear necesita un golpe de efecto para recomponer su moral en Vallecas, un campo que será recordado siempre por el ascenso de 1997 y en el que ya ganó con cierta contundencia la temporada pasada gracias a un inicio de partido arrollador en el que firmó hasta tres tantos en solo veinte minutos (1-3). Sin embargo, ganar en el estadio franjirrojo se ha convertido este año en una prueba de máxima exigencia, ya que nadie lo ha hecho hasta el momento. El cuadro de Andoni Iraola ha sumado allí 16 puntos de 18 posibles, más que cualquier otro equipo. Empezó la caminata encadenando cuatro victorias consecutivas frente a Getafe (3-0), Cádiz (3-1), Elche (2-1) y Barcelona (1-0) y solo en su última función se le escaparon dos puntos contra al Celta (0-0).
De cara a este partido, el Mallorca seguirá sin poder contar con Antonio Raíllo ni con Take Kubo —el japonés ya ha empezado a tener contacto con el balón durante los últimos días—, además de Iddrisu Baba, sancionado por acumulación de amonestaciones. El técnico bermellón sí que espera contar en cambio con Salva Sevilla, pese a que el centrocampista andaluz ha trabajado por precaución a un ritmo inferior para terminar de dejar atrás unas molestias. A los vallecanos les faltará su estrella: Radamel Falcao.