Un partido para volver al carril de aceleración y un gran agujero en el centro de la muralla. Espoleado por su derrota en San Mamés, el Real Mallorca regresa a su domicilio magullado por las bajas y con una gran grieta en el centro de la defensa. El equipo balear recibirá este domingo al Villarreal con las ausencias de Raíllo, Russo y Sedlar en el eje del sistema de contención, a las que se unen también la de Iñigo Ruiz de Galarreta en la zona ancha y la de Ángel Rodríguez en ataque. Una ristra de ausencias que casi con toda seguridad se extenderá también al encuentro del miércoles en el Santiago Bernabéu y que solo empezará a remitir de cara al próximo fin de semana, ya coincidiendo con la visita a Palma de Osasuna.
La brecha de la defensa no ha trastocado demasiado los planes de Luis García Plaza, que ha encajado con naturalidad la llegada de esa ola de ausencias y agradece el compromiso del resto de sus futbolistas a la hora de compensarlas. «Hasta cuatro jugadores se me han ofrecido para jugar en la posición de central», desvelaba el técnico en su radiografía de la jornada. Un problema que por otro lado va a abrirle las puertas de la Primera División al jugador del filial Josep Gayà. «Es posible que debute», deslizaba. «No digo que vaya a ser titular, pero es posible que juegue en alguno de los dos próximos partidos».
El Mallorca, que salió en San Mamés de la burbuja en la que había residido hasta el parón, se enfrenta ahora a un enemigo de talla superior como el Villarreal, que hace solo unos días se estrenaba en la Liga de Campeones. «Nos llega un equipazo», advierte en esa dirección Luis García Plaza. «El Villarreal lleva haciendo las cosas bien desde hace tiempo y Unai le ha dado un gen competitivo muy alto. Mantenerse tanto años en Primera es muy difícil y su cantera es un espectáculo», comenta al desgranar alguna de las cualidades del conjunto castellonense.
El preparador bermellón tiene clara una parte de la receta para optar al tercer triunfo de la temporada: «Nosotros tenemos que estar a nuestro nivel ante un rival que para mí está a la altura del Sevilla. El Villarreal tiene experiencia, calidad, gol y banquillo», reconoce antes de señalar con un gran círculo rojo el trabajo de su colega Unai Emery. «Es uno de los mejores entrenadores a nivel nacional y ha ganado cuatro veces la Europa League. Hay otros más valorados, pero que no han ganado nada».
Para Luis García Plaza el del Villarreal no deja de ser un encuentro marcado en negrita. El madrileño se va a enfrentar por primera vez al último equipo al que dirigió en España antes que el Mallorca, pese a que la experiencia solo duró seis partidos. «Nunca hablaré mal de un equipo en el que he estado; todo lo contrario, estoy agradecido a quienes me contrataron. Son situaciones que pasan y solo tengo buenas palabras para el Villarreal. Y allí me vio entrenar por ejemplo Pablo Ortells —actual director de Fútbol del Mallorca— que me fichó después para su primer proyecto aquí. Me quedo con lo bueno: entrené al filial y sumamos 100 puntos, fue una experiencia muy bonita».
Los que también se reencontrarán con su pasado más reciente son los tres exjugadores amarillos que LGP tiene ahora mismo en nómina: Jaume Costa, Take y Niño. «Lo de Fer y Kubo son casos especiales. Fer debe demostrar madurez, es del Villarreal pero ahora defiende al Mallorca».
Factor Son Moix
El Mallorca espera que el factor Son Moix vuelva a ejercer como aliado. «Tiene que estar a tope», deja caer Luis García, que no ha visto a su equipo doblegarse como local desde el pasado mes de febrero, todavía en Segunda División, cuando le superó por la mínima el Espanyol. «Pido a nuestra gente que venga al campo porque les necesitamos», explica el técnico. «Es vital jugar con público, que vengan aficionados con ganas de animarnos. Hemos de intentar perder el mínimo número de partidos posibles en casa y nos hacen falta».