Definitivamente, existe un vínculo especial entre Abdón Prats y el Mallorca. Su relación nunca ha sido fácil. Volvió a casa con el equipo metido en las mazmorras y desde ese día la mística envuelve al delantero nacido en Artà, que ha alternado heroicidades con etapas de silencio y oscuridad. A Abdón nunca nadie le ha regalado nada. Sospechoso habitual, en ocasiones da la sensación que se aplica una métrica al mallorquín y otra más generosa al resto de la tropa.
Justo de talento pero sobrado de corazón, Abdón Prats volvió sacar al Mallorca de un buen apuro y lo dejó más cerca del ascenso que de cualquier otra cosa. Casi nada de lo que hizo fue bonito, pero selló su octavo gol del curso y también ando metido en la acción que dejó el partido ante el Mirandés listo para envolver. Si hay que empujar, Abdón siempre es el primero de la fila.
Con serias dudas futbolísticas, el Mallorca se aferró esta vez a la raza de su canterano para sacar adelante un partido crucial y rebajar el nivel de ansiedad de un equipo que tiene metido pie y medio en Primera. El enésimo error del Almería (que empato en casa con el Oviedo), exponenció el valor del triunfo de la escuadra balear, que administra una renta de 8 puntos (además del average) sobre el conjunto andaluz a falta de cinco jornadas para que el final del torneo. Esta hecho.