Ahora que tiene avanzado el papeleo del ascenso, el Mallorca trabaja para recomponer la figura como visitante. Tras casi dos meses sin un desplazamiento redondo –en los tres últimos partidos fuera de Son Moix solo ha facturado un punto–, el Mallorca vuelve a subirse a un avión para viajar a Castellón y pelear por tres puntos que le acerquen un poco más al cielo. Otro desafío que se ha ido complicando con el paso de los días y que el conjunto balear afrontará despojado de sus principales artificieros: Amath y Abdón. El senegalés y el artanenc, titulares de una sociedad que ha facturado más un tercio de los goles que lleva el equipo, son las últimas bajas de un parte que asciende ya a cinco.
Casi 28 años después, el Mallorca volverá a atravesar las puertas de Castalia para disputar un partido oficial. Y no uno cualquiera. Asentado en la segunda torre más alta de la clasificación, el conjunto de Luis García Plaza será el primer candidato al ascenso que tome la palabra este fin de semana, a la espera de lo que digan el lunes el Almería y el Espanyol en un enfrentamiento directo del que sacarán tajada los isleños de una manera u otra. Sin embargo, el perfil del encuentro se ha ido empinando peligrosamente. Primero por las necesidades de un rival que cada vez presenta mejores argumentos en la batalla por la permanencia. Después, por ese cambio de tendencia que ha sufrido el Mallorca en su faceta de forastero. Y al final, porque se han ido apilando las bajas, que afectan a tres de los integrantes del once tipo (Amath, Abdón y Antonio Sánchez) y reducen la amplitud del fondo de armario (Sedlar y Lago Junior).
La doble A empezó a caerse de la pizarra durante el encuentro contra el Lugo. El primero fue Amath, con una cartulina amarilla en el segundo tiempo que en aquel momento parecía intrascendente y que en realidad provocó que el senegalés completara un ciclo de amonestaciones, ya que el Comité de Competición también le aplicó otra de oficio por exhibir una camiseta con el lema #FreeSenegal tras marcarle al Cartagena.
En el caso de Abdón, que llevaba desde finales de noviembre sin perderse un partido, acabó tocado el pulso frente al Lugo –le sustituyó Álvaro Giménez con casi media hora por delante– y además de quedarse en tierra este fin de semana podría hacerlo también el siguiente. Entre ambos, le han puesto su firma a 16 de los 44 goles que acumula el Mallorca en el campeonato y el mallorquín, sin ir más lejos, ya fue determinante en el duelo de la primera vuelta gracias a un doblete.
Bajas al margen, el Mallorca necesita cerrar en Castellón esa grieta por la que se ha deslizado en los últimos tiempos al ponerse el traje de forastero. Durante muchos meses cimentó su candidatura al ascenso sobre esa plataforma, pero desde que sufrió la primera caída en El Molinón no ha vuelto a ganar. Tras el Sporting de Gijón (2-0) le superó el Fuenlabrada (4-1) y luego le privó de otros dos puntos Las Palmas (1-1). Tres partidos incompletos que suponen la peor racha de la temporada en esa dirección para un equipo al que, de momento, se le resiste la décima victoria de la campaña lejos de su hogar.
Al Mallorca le conviene taponar esa fuga porque después de pasar por la caja de Castalia enlazará otra salida, en este caso a la Nova Creu Alta, para tomarse la tensión contra el Sabadell.
La plantilla supera las pruebas PCR
Tras los positivos en coronavirus de Lago Junior y Antonio Sánchez, que se cayeron en el último momento del partido contra el Lugo y que siguen de baja, no se han detectado más casos ni en la plantilla ni en el resto de los empleados del club, que durante esta semana se han sometido a un control más exhaustivo. De esta forma, los futbolistas disponibles de la plantilla se ejercitarán este viernes en Son Moix para acabar de preparar el partido del sábado y viajar después a Castellón.