Es una de las sorpresas más agradables del Mallorca que gobierna la Liga y últimamente, además, uno de los más añorados. Iñigo Ruiz de Galarreta Etxeberria (Eibar, 1993) se ha perdido los cuatro últimos partidos por una lesión que le sorprendió en el careo frente al Almería, pero en breve su navegador volverá a estar al servicio de Luis García Plaza. Entiende que en una temporada como la que está haciendo el equipo cada mal resultado suponga un amago de crisis, pero asegura que de puertas hacia dentro todo está bajo control. Galaxy, el sobrenombre con el que le bautizó Iker Muniain en Lezama, sueña con repetir un ascenso como el que vivió hace cinco años con el Leganés y de momento reconoce que hay cosas dentro del vestuario de Son Moix que le recuerdan a todo aquello.
—61 puntos en 30 jornadas. Supongo que lo habría firmado en verano.
—Sí, joder, está clarísimo. Estamos en una situación espectacular, con unos números que son dificilísimos de conseguir. Pero bueno, aun así tenemos a varios equipos cerca que son capaces de ganar muchos partidos seguidos, así que no podemos bajar el ritmo. Hay que disfrutar de lo que estamos consiguiendo y sobre todo ir al máximo cada día, que es lo que nos ha llevado a estar ahí. Quedan doce finales, que son muchos partidos y muchos puntos, por muy cercano que se vea al final, y vamos a tener que seguir siendo muy regulares y muy fuertes.
—¿Subir a Primera División va a tener un coste más elevado que en otras temporadas?
—Mucho más. La vez que pude ascender con el Leganés subimos con 67 puntos. Este año el ritmo que estamos siguiendo los de arriba es muy alto y a partir de ahora cada partido va a ser complicadísimo porque los de abajo también se juegan la vida. Esperamos poder mantener el ritmo y aguantar ahí, que no será fácil.
—¿La batalla por el ascenso directo se reduce a cinco equipos?
—Es complicado saberlo, pero es verdad que de ahí para abajo, si alguno quiere meterse, tiene que hacer un final perfecto y que los de arriba bajemos mucho el pistón. Con los puntos que llevamos ya somos bastantes los que estamos ahí. Nos tenemos que centrar en lo nuestro porque te puedes caer de donde estás.
—Salvo el Leganés, ya se han enfrentado dos veces a todos los candidatos. ¿Con cuál se queda?
—El orden de la clasificación es justo, pero en los duelos directos el Sporting es el que más dificultades nos ha puesto. Es un equipo muy bien trabajado, que juega bien. Aquí pudimos empatar porque en la segunda parte estuvimos bastante mejor y en Gijón nos superaron. Es el rival que más me ha gustado.
—¿Qué explicación tiene para que el rendimiento fuera de casa esté siendo tan alto?
—Es difícil. Es una pasada estar tanto tiempo sin perder fuera, la verdad. Otros años, con otros equipos, te das cuenta de que fuera de casa todo cuesta un mundo y que ganar un partido es la leche. Hemos sido muy regulares, pero no sabría explicarlo. Vamos a todos los campos con la convicción de que podemos ganar y lo hemos demostrado.
—¿Coincide en que está siendo uno de los jugadores de la temporada para el Mallorca?
—Si estamos donde estamos es porque todos lo hemos hecho bien y hemos ayudado. Hay muchos jugadores marcando, asistiendo y a un nivel alto. Lo importante de este grupo es que hay mucha igualdad y que todos responden. En mi caso, me costó ir entrando por la lesión que sufrí en pretemporada, pero estoy muy contento. Intento confiar en mí mismo y mantenerme positivo para cuando lleguen las oportunidades saber aprovecharlas y disfrutar el momento.
—¿Con qué momento se queda?
—Mi primer partido como titular, en Alcorcón. Después de las primeras semanas, en las que no pude entrar, tuve la oportunidad de demostrar lo que podía aportar y la satisfacción por haberme mantenido positivo, trabajando duro y bien cuando apenas tenía minutos. Y ganamos el partido.
—¿Qué tal con Luis García Plaza?
—Es un entrenador que dice las cosas muy claras y eso es importante. A mí en verano me transmitió su confianza pese a que no podía entrenar ni jugar en los amistosos. Por suerte me quedé y estoy disfrutando mucho.
—Se quedó un año cedido en Las Palmas. ¿Le hubiera gustado ayudar ya la temporada pasada?
—En ese momento ya sabía que todo iba a ser cómo fue. El Mallorca me fichaba porque Las Palmas tenía una situación complicada con el límite salarial y se dio todo en el último día de mercado. Sabía que firmaba por un club de Primera, con un buen proyecto. Firmé convencido y encantado, pero sabía que esa temporada jugaría en Las Palmas, donde también estaba a gusto. Se dio todo así y ya está. La Primera es complicadísima y ojalá el año que viene podamos disfrutar de ella.
—Baba, Salva Sevilla, Febas… ¿Se siente bien rodeado?
—Tenemos un equipo muy completo en todas las posiciones. En el centro del campo están Baba y a Sedlar, que quizás tienen un perfil más físico; Salva y Febas, que tienen una calidad espectacular… El míster tiene mucho donde elegir y eso es bueno. La competencia nos hace apretar y evita la relajación.
—¿Le ha sorprendido algún compañero al que no conocía?
—Les había visto muchos partidos y los conocía bien. Me sorprendieron las ganas y la ambición que tenía todo el mundo desde el primer día y el ambiente en general. Ese hambre habiendo jugado en Primera el año pasado y esas ganas de volver a Primera me llamó mucho la atención. Hay gente muy buena en todas las líneas del campo.
—¿Al entrar en el vestuario del Mallorca se nota que es un bloque ya muy bien asentado?
—Es fundamental. Mantener ese bloque y darle continuidad es importantísimo. Cuando llegas, esa gente que lleva más tiempo te muestra el camino, la ambición y cómo se trabaja. Es clave.
—¿La buena dinámica del equipo hace que cada pinchazo parezca mayor de lo que es?
—Es normal. En un año en el que ganas tanto, cuando llega una derrota o una serie de derrota-empate-derrota, que al final es algo normal, parece que hay una supercrisis y que se acaba el mundo. Lo importante es lo que se vive en el vestuario. Después de cada partido lo analizamos con el míster y tratamos de mejorar, sin importar el resultado.
Hagamos lo que hagamos siempre se habla, comentamos la situación y le damos la importancia que hay que darle sin volvernos locos. Cuando el grupo se mantiene fuerte y con confianza es más fácil darle la vuelta a una derrota. Sabemos que si conseguimos el objetivo será peleando y sufriendo hasta el final. Queda mucho por sufrir y por pelear.
—¿Hay algo del ascenso con el ‘Lega' que le resulte familiar ahora?
—La alegría y ese día a día tan bonito cuando las cosas van bien y te ves ahí arriba. La felicidad con la que trabajas sí me recuerda un poco a todo aquello.
—¿Echan en falta al público?
—Tenemos muchísimas ganas y lo hablamos muchas veces, sobre todo cuando entrenamos en el estadio antes de un partido importante. Da pena, pero es lo que estamos viviendo todos y hay que adaptarse. Esperamos disfrutar todos juntos pronto.
—Aunque a principio de curso el playoff podía parecer un buen premio, ¿ahora solo se contempla el ascenso directo?
—Seguimos primeros, quedan doce partidos y el objetivo lo tenemos clarísimo, pero hay que ir día a día. Porque tenemos la oportunidad de hacer algo muy bonito.