El Mallorca eligió el peor envoltorio posible para empaquetar la mejor vuelta que ha dibujado en Segunda División. El conjunto de Luis García Plaza, con 42 puntos en la cartera tras desfilar frente a todos los equipos de la liga, ha encajonado unos números brillantes entre los tres únicos gazapos que ha sufrido sufrido desde mediados de septiembre.
La derrota contra Las Palmas y el hecho de haber sumado un único punto en tres jornadas han oscurecido levemente la primera mitad de un camino que en su mayor parte ha ofrecido unas vistas de ensueño y que la escuadra balear ha aprovechado para empadronarse en el extremo norte de la clasificación.
42 puntos en el bolsillo
Los 42 puntos que ha ido recogiendo el Mallorca por los campos de la liga suponen en sí mismos una carta de presentación arrolladora. Por lo que proyectan —llegar a los 84 garantizaría tres cuartas partes del ascenso— y por lo que suponen en comparación con temporadas anteriores, en las que el equipo solo se había acercado a ese volumen de producción con la liga casi al completo. El año que descendió a Segunda B, sin ir más lejos, lo hizo con 45 puntos encima. Y en las tres temporadas previas, caminando siempre sobre el alambre, solo una vez atravesó la barrera de los cincuenta. Una tendencia que solo quebró Vicente Moreno en la temporada 2018-19, la que misma que se cerró bajo fuegos artificiales. En aquella ocasión el Mallorc dobló la esquina desde la octava posición con un botín de 33 puntos.
Solo tres derrotas
Con Luis García Plaza en el puente de mando el Mallorca solo se ha ido al suelo en tres ocasiones. Solo Rayo (primera jornada), Fuenlabrada (antepenúltima) y Las Palmas (última) han dañado el chasis de una formación que entre septiembre y diciembre llegó a encadenar 17 partidos sin una sola mancha, su récord en la categoría. De hecho, y pese a los últimos pinchazos, sigue siendo el equipo que menos derrotas ha padecido hasta el momento, por encima incluso del Espanyol. En este apartado llama la atención que todas las caídas se hayan producido en Son Moix, que solía ser un espacio seguro y libre de ruidos para los bermellones durante estos últimos años. Curiosamente, ahora su mejor versión luece fuera de casa. El Mallorca atraviesa el ecuador del calendario como el único conjunto de Primera y Segunda División que todavía no ha doblado la rodilla como forastero (6 victorias, 4 derrotas). Un bagaje que también le permite ser el equipo con más puntos sumados a domicilio (22).
Áreas claves
Como es lógico, el Mallorca ha cimentado su éxito intermedio en las dos áreas. Sobre todo en la propia, defendida por Reina pletórico en la mayor parte de los duelos y por una línea que pese a los cambios ha funcionado casi siempre con la precisión de un reloj suizo. Entre todos han conseguido mantener las compuertas selladas en 14 de los 21 partidos y llevar al conjunto balear a ser el menos goleado de la competición junto al Espanyol con solo diez tantos encajados. Un rendimiento altísimo por parte del muro de contención que, como en el caso de los puntos, brilla de forma particular fuera de casa, donde solo le han impactado en tres ocasiones y en dos partidos. Estuvo sin recibir ningún balazo como foráneo hasta que visitó Cartagena (25 de noviembre) y no volvió a encajar otro hasta su último desplazamiento al Carlos Tartiere. Ni siquiera el Atlético de Madrid, el menos goleado de los 42 conjuntos de LaLiga, presenta unos registros tan bajos en terreno visitante. En el área rival, el Mallorca también ha estado a un buen nivel: 28 tantos a favor. Se ha quedado en blanco en siete jornadas y solo el Espanyol ha marcado más (32).
Alojado en las alturas
El rumbo del Mallorca en la primera vuelta ha sido ascendente y los baleares han fijado su residencia en las plantas más altas de la clasificación. A la espera de saber qué posición ocupa finalmente al cerrar la mitad inicial del curso —el Almería es tercero y si gana al Leganés en el partido que se aplazó este fin de semana por el temporal le arrebataría la segunda posición—, los de Luis García Plaza han dormido once jornadas sobre las posiciones de ascenso. No solo eso, sino que lideraron la tabla cinco ocasiones, entre las jornadas 14 (victoria en Cartagonova) y 18 (triunfo en Butarque). Un privilegio del que se desprendió en la última cita del 2020, en aquel accidentado choque contra el Fuenlabrada. Su suelo es la décimooctava posición en la que se instaló tras la segunda jornada. Un problema fugaz en las primeras rampas del campeonato que hizo desaparecer a base de victorias.
Mejor contra los aspirantes
El rastro del Mallorca por la primera vuelta también arroja otro dato interesante. La escuadra de LGP ha obtenido su mayor rendimiento al cruzar con los teóricos ogros de la competición. A excepción del Rayo, que le golpeó de salida, y del Espanyol, que protegió un empate sin goles cuando la liga amanecía, ninguno de los grandes le ha quitado nada. Mientras tanto, el cuadro rojinegro ha superado al Almería (0-1), al Leganés (0-1) o al Girona (0-1). Además, ha conquistado estadio que históricamente se le resistían, como en el Anxo Carro de Lugo (0-1) o Santo Domingo, en Alcorcón (0-2). Por contra, sus dos últimas derrotas hanllegado contra oponentes de una talla menor. Le aguó el cambio de año un Fuenlabrada que se asomaba a Son Moix tras engarzar tres derrotas y sucumbió ante Las Palmas, que llevaba toda la temporada sin celebrar ningún triunfo lejos de Gran Canaria.
Minutos bien repartidos
Luis García ha sabido administrar con mano izquierda los recursos que guarda en el vestuario. Alcanza la mitad del trayecto después de utilizar a 28 jugadores distintos —incluidos Stoichkov y Budimir, que ya no están a sus órdenes— y con un once tipo más o menos definido, pero también con una segunda unidad muy fiable. Manolo Reina es el único que lo ha jugado todo y Sastre, el futbolista de campo más utilizado.